No han tenido ninguno de los dos demasiada suerte en esta 140 edición del Open Championship. En la tercera jornada, la del día del movimiento, a Sergio y a Pablo le tocaron las peores condiciones climatológicas. Fue ayer cuando perdieron sus opciones de hacer algo importante en este tercer Major de la temporada. Hoy, en la cuarta y última jornada, Sergio brilló de nuevo a gran altura y con un un 68 ganó muchos puestos en la tabla terminando con +2. Por contra Pablo, que firmó 75 golpes, acabó con +9.
Mientras Clarke y Mickelson se jugaban la victoria en este Open Británico a base de eagles, Sergio García y Pablo Larrazábal intentaban terminar su participación de la mejor manera posible, sobre todo después de la mala suerte del sábado cuando el corazón de la tormenta casi les cayo encima.
Hoy el clima fue mucho mejor, sobre todo por la mañana, y Sergio, sobre todo, aprovechó las condiciones del campo para firmar una vuelta de 68 golpes que le volvió a devolver la autoestima que había perdido el sábado.
En sus primeros hoyos, el castellonense iba como una auténtica moto y al 7 había firmado ya tres pares y cuatro birdies. Pero la magia se rompió de repente con un doble bogey al 8 que, quizá le rompió la racha de ilusión con la que había salido en esta última jornada.
En los nueve segundos Sergio intentó rehacerse del mazazo del doble bogey y tras cuatro pares seguidos volvió ha hacer dos bogeys que, con dos birdies más, hicieron que terminara con 68 golpes, la mejor tarjeta del día hasta ese momento.
Pero, independientemente del resultado, hay que destacar las buenas sensaciones de Sergio, su alegría en el juego y su ilusión por hacer las cosas bien. Algo que, además, ha transmitido muy bien y que abre la puerta a la esperanza de verle muy pronto, de nuevo entre los mejores jugadores del mundo.
“Por este tipo de campos, por este público que me aplaude en cada tee, en cada green… por todo esto, el Open es mi torneo favorito. Los “Grandes” siempre son difíciles de jugar pero me encanta jugarlos.”
Por su parte, Pablo Larrazábal no pudo remontar la mala jornada de ayer y hoy continuó algo errático en su juego. En sus últimos 18 hoyos su balance no fue nada bueno con cinco bogeys, un doble bogey y sólo dos birdies que le llevaron a entregar una tarjeta con 75 golpes y un total de nueve sobre par.
“Me siento contento por mi juego de hoy. Ha sido una lucha impresionante, quizás de los 4 días, éste ha sido el más complicado pero sinceramente ha sido también en el que he jugado mejor de tee a green, hoy le he dado muy bien a la pelota. Mentalmente he trabajado muy bien del hoyo 5 al 18.
Para los dos habrá nuevas oportunidades y, seguramente, este mismo año. Sólo es cuestión de tiempo. Los dos están jugando de maravilla y todos esperamos que esos resultados lleguen cuanto antes.