Ganar se pone muy caro

Menuda semana alcista que hemos tenido en el golf mundial. Estamos teniendo un momento cumbre lleno de emoción, competición y rivalidad, que ha puesto todo carísimo. En cinco meses ya tenemos un nuevo número uno, otro inglés, Luke Donald, que ha estado invirtiendo mucho y bien en el último mes de mayo para arrebatar en una "opa hostil" a su compatriota Lee Westwood el oro más preciado, el trono mundial.

La operación, seguida por miles de inversores, ha sido magistral porque lo ha conseguido en un play off que quedará para la historia. Los dos mejores del mundo peleando en un hoyo por la "presidencia" de la mayor empresa de un jugador de golf. Donald consigue su objetivo y se convierte en el nuevo líder mundial. Este "tiburón" había estado muy activo en el último mes y casi consigue su objetivo en el Heritage, cuando perdió en el desempate, y en el Volvo Mundial Match Play, donde también perdió en la final. Pero la experiencia le ha hecho vencer a la tercera y además frente a su mayor rival.

Westwood, Kaymer, otra vez Westwood y ahora Donald. El ritmo de cambios en el número uno es frenético y además con pruebas que se deciden en play off. Junto al desempate de Wentworth, hemos visto otro en el Byron Nelson que se ha llevado el novato Bradley, y otro en el Senior PGA que ha aprovechado Tom Watson. Veteranos y noveles que se suman a la rivalidad de los nuevos tiempos.

Ahora los inversores no saben dónde poner sus ahorros. Eso de no poner todo en la misma cesta, y preparar bien el calendario, se va a poner complicado. Y ya se sabe, lo de que "el último duro lo gane otro", no cuenta, porque el sabor de la gloria repite.