¿Quién se vestirá de verde?

Primer grande del calendario y creo que el mejor, aunque esto es como la música, ¿eres de los Beattles o de los Rolling?, ¿eres del Masters o del Bristish? Pues yo soy del Masters de Augusta.

Augusta, el club de golf más exclusivo del mundo, se pone el traje de gala, suponiendo que en algún momento se lo quite durante el resto del año. Club al que solo pertenecen 300 socios y en el que no hay forma oficial de ingresar en sus filas.

Esos 300 socios lo cierto es que dejan de jugar en su club durante 5 meses, que es el tiempo que está cerrado el campo para albergar este torneo, para que llegue a esta fecha con una preparación y acondicionamiento digno de dioses. Aunque los dioses realmente, y perdonen la expresión, son esos socios no conocidos que tienen unos honorarios entre los 250.000 y 500.000 dólares anuales.

Esos socios que no trasciende su identidad y que lo único que se sabe de ellos es que hay sólo uno de raza negra, pero, quien será?  De lo que sí tiene conocimiento el gran público es del premio que recibe el ganador, la famosa Green Jacket, la Chaqueta Verde que es aún más prestigiosa que el premio en metálico, que por cierto es un pico.

Quién les iba a decir a los recolectores de algodón que trabajaban aquellas tierras, allá por el comienzo del siglo XX, que allí se iba a construir el club más exclusivo del mundo y que en él se iba a jugar el torneo más prestigioso, incluso pienso que Bobby Jones, fundador, tampoco lo tenía del todo claro.

¿Quién lucirá este año la Chaqueta Verde? Ahora, de momento, es una incógnita, aunque bien digo lo de lucir porque sólo se la pueden poner dentro de las instalaciones del Augusta National. De todas formas, todo esto forma parte de la leyenda, son las típicas anécdotas que hacen que un torneo al final se convierta en único.

¡Hagan juego señores!, se abre la veda para que cada uno de nosotros haga sus propias quinielas. Esto es golf y nunca sabemos lo que va a suceder en el último hoyo del último día, aunque tengo un deseo difícil de cumplir y es volver a ver a Chema Olazábal vestido de verde, aunque es un color que le siente bien a cualquier español.