La Solheim Cup dice adiós a Málaga
sábado 02 de abril de 2011, 00:00h
La Solheim Cup no se jugará en la Costa del Sol en 2015. Así de claro, sencillo y conciso. La actual situacion económica de nuestro país, la poca ilusión que se ha puesto de parte de la Junta andaluza en este proyecto y la poca ambición de muchos estamentos de Andalucía para que este torneo llegará a nuestro país han hecho que todo concluyera con la usencia de garantías y el adiós definitivo de la Solheim del 2015 para la Costa del Sol.
Nunca se puede decir "de este agua no beberé" pero parece claro que después de todo lo que ha sucedido en el proceso de presentación de candidaturas para que la Costa del Sol organizase la edición de 2015 de la Ryder Cup, en el LET deben de estar todavía con los ojos fuera de sus órbitas no creyéndose lo que ha pasado y dando por seguro que La Costa del Sol no volverá a presentarse a un evento como estos en mucho tiempo.
Desde la presidenta ejecutiva del Ladies European Tour, la canaria Alexandra Armas, nuestra mejor socia en el Tour femenino europeo, hasta la última de las jugadoras del circuito, pasando por cada uno de los miembros del Patronato de Turismo de la Costa del Sol dedicados al area de golf y empezando por su director Francisco Amorós, y cada campo de Málaga -todos ellos candidatos potenciales a albergar la competición-, soñaban con la mejor oportunidad para potenciar en Andalucía -18 años después de la Ryder Cup de Valderrama- el golf, el turismo y el destino de Málaga como sede de una de las competiciones de golf femenino más importantes que se organizan cada cuatro años en el mundo.
Los primeros decepcionados han sido también Iñigo Aramburu y Alicia Garrido. Los dos, almas de Deporte and Bussines, y organizadores de éxito con la European Nations Cup, se han desvivido desde hace más de dos años con la idea de poder organizar -que eso no es lo más complicado- y poder traerse a España -eso si es más difícil- una competición como la Solheim Cup, esa misma que decenas de países están como locos por acoger, a pesar de los cinco millones de euros de aval que, al parecer, desde Andalucía no están dispuestos a invertir para que primero se pueda celebrar esta competición y después lleguen miles de aficionados, jugadores y turistas en busca del campo y el destino que acogería dicha competción.
Al final, la cuestión no ha sido de cinco millones de euros -que no había que pagar ahora- sino de un aval que no se ha firmado y de una competición en la que la Junta no creía, como aseguraba el propio Luciano Alonso en el recientemente finalizado Open de Andalucía.
La lástima de todo esto es que da la sensación de que la Costa del Sol era el principal favorito para llevarse la victoria, la nominción, el torneo y el premio gordo de organizar una cita como la Solheim, la homónima femenina a la Ryder Cup. Doctores tiene la iglesia pero será curioso esperar a ver si La Manga, la otra candidatura española a acoger la Solheim Cup, toma ahora el relevo y, finalmente, se lleva "el gato al agua". Seguro que entonces muchos dirán intentando echar las culpas al destino que "se escapó la oportunidad" o que "la Solheim nunca hubiera llegado a Málaga".
Trenes como estos pasan pocas veces por la vía. Esperemos que la estación golfistica de Málaga siga abierta muchos años y que otros vagones pasen por allí dentro de algunos años, pero da la sensación -eso no me lo negarán ustedes- que locomotoras como esta prefieren vias de alta velocidad que estaciones de paso y que ahora, como vienen los tiempos, hasta los trenes parece que tienen memoria.