Con esta derrota Tiger Woods demuestra, una vez más, que está muy lejos, terriblemente lejos, de ese jugador que arrasaba allí donde jugaba y que era favorito en todos y cada uno de los torneos en los que tomaba parte.
La mejor versión de Tiger Woods, ex número uno del mundo, está a años luz del que se ha visto en sus últimas apariciones y ni siquiera en este Accenture Match Play, en teoría un torneo que le iba como anillo al dedo, ha podido pasar de la primera ronda, algo se había producido sólo una vez a lo largo de su carrera, y que en este 2011 ha llegado por segunda vez en este torneo.
Frente a él, el danés Thomas Bjorn se encargó de hacer su juego, de tomarse las cosas con tranquilidad y esperando unas oportunidades que, finalmente, llegaron. Ya desde el hoyo 1 se vio a un Tiger nervioso, con un exceso de ansiedad que quería resolver las cosas demasiado pronto y que no acertaba desarrollar un juego que hace tiempo que no tiene.
Bjorn ganó el hoyo 1, Tiger empató en el 2 igualando la contienda y el danés se puso por delante de nuevo venciendo en el 3 y el 5 y situándose con un sorprendente dos arriba tras el primer terció de enfrentamiento. El 6 fue de nuevo para Tiger Woods, que acortaba diferencias. En el 8, Bjorn volvía a ganar el hoyo y en el nueve Tiger conseguía, de nuevo, reducir diferencias para dejar las cosas con un solo hoyo de diferencia entre ambos.
La sorpresa, aunque menos, empezaba saltar en el Ritz Carlton y los miles de espectadores que soñaban con una victoria de Tiger -o quizá simplemente con una buena actuación- empezaban a sospechar que las cosas no iban a ser nada fáciles.
En los nueve segundos hoyos del particular duelo americano-danés Tiger empezó fuerte y Bjorn se asustó de lo que se le venía encima, por lo menos eso es lo que parecía. Tiger ganó el 10 y el 11 y empató el 12 y con uno arriba encaraba la última parte del recorrido. En ese momento Bjorn se dio cuenta de que o arriesgaba o no tenía nada que hacer.
Ganó el 13, empató el 14 y volvió a ganar el 15, colocándose con 1 arriba a falta de tres hoyos. Aguantó bien en los dos primeros pero en el 18 Tiger, ya con casi todo perdido, dio un segundo golpe de maestro dejando su bola a dos metros de la bandera mientras que Bjorn se iba a la trampa de arena. Woods embocaba y forzaba, con gesto de rabia incluido al embocar su bola, el desempate ante el danés.
Pero su alegría duro muy poco, apenas un hoyo más. En el 1, con la madera 3 en las manos para asegurar la calle, se fue a la derecha. Zarzas y golpe de recuperación para llegar a green de cuatro golpes y fallar el putt que le podía dar el empate. Al final derrota, decepción de la hinchada y la constatación de que la grandiosa vuelta de Tiger o, simplemente su primera victoria después de sus problemas personales, puede todavía tardar mucho en producirse.
Si (
No(
