La sonrisa limpia de un Grande

Su vida está llena de anécdotas. Arnold Palmer, leyenda viva del golf de todos los tiempos, está en Madrid para presentar una línea de ropa deportiva. Aunque no sea políticamente correcto, les aseguro que a la que suscribe lo que menos le interesaba era su línea de ropa, que por otra parte está genial, pero lo normal para los mortales es quedarse con la boca abierta cuando lo tiene enfrente y hace memoria de lo que tiene en su haber este señor, 92 títulos internacionales, entre ellos siete grandes y además ganador del Open de España en 1975.

Tiene cara de bonachón, 81 años bien llevados y miles y miles de kilómetros a sus espaldas, muchos de ellos además pilotando su propio jet privado. Es el padre del golf moderno y  el abuelo que todos los niños quisieran tener, el compañero de golf deseado incluso por Presidentes de los Estados Unidos y nosotros, privilegiados, hemos tenido la oportunidad de tenerle enfrente y disfrutar de su compañía durante un rato largo.


Sus diseños están fenomenal y llenos de colorido, pero, como casi siempre, hemos llegado a la conclusión que son demasiado grandes para mujeres pequeñas. Están más pensados para ellos que para ellas, pero eso ya empieza a ser una norma dentro de los diseños deportivos, aunque seguramente todo se andará porque cada vez son más las mujeres que llegan a este deporte. Nos ha dicho que él es quien decide y ha querido que en sus diseños se “noten” los valores que cree que debe tener el golf. No es extraño que sea capaz de transmitir eso una persona que ante todo es elegante, honesto, honrado y todo lo que hace está lleno de sentido común y de mucha pasión.


Así se define él propio Arnold  Palmer y los que le conocen bien.  A España, país que le gusta mucho pero que visita poco, su línea de ropa  y complementos, se introduce de la mano de dos canarios, Javier Suárez y Victor Melián, a través de la compañía Bay Hill Spain.


Terminada la rueda de prensa y sentado en una silla atendía a todo el mundo que se acercaba, una silla vacía a cada lado nos daban la oportunidad de compartir una charla un poco más cercana. Con una sonrisa continua ha firmado todo lo que se le ponía delante, se ha hecho fotos con todo el mundo que se lo ha pedido y además ha podido y querido disfrutar de una copa de vino español. Nos hemos acercado a que estampara su firma en uno de sus guantes y hemos sido testigos de la fuerza que desprende. Parece mentira que tenga la edad que tiene.


Hemos dicho en alguna ocasión que el golf allí  (Estados Unidos) es otra cosa, es marketing con mayúsculas y ellos (los grandes jugadores), vendedores de lujo. De cualquier cosa hacen un tremendo negocio y además lo hacen fenomenal. ¡!Cuanto hay que aprender de ellos!! Palmer es un individuo exitoso. Sus negocios, de lo más variados, sus empresas, sus proyectos, todo ello ha estado tocado por una varita mágica, aunque él mismo opina que la clave de su éxito está en la honestidad “nunca apoyaré con mi imagen, ni venderé un producto que no utilice ni con el que no me sienta cómodo, me parece una falta de honradez”.


Hemos conocido últimamente a dos grandes amigos, personas con éxito en su vida y en su carrera deportiva y además solidarios 100%, Arnold Palmer y Gary Player y después de tantos años dedicados a esto, con las vidas separadas ahora y siendo dos personas tan distintas,  hemos de darle la razón al “caballero de negro”, “el golf es una máquina de hacer amigos”.