Como sucedió hace ahora 365 día, pablo luchará una vez más en un campo en el que se encuentra cómodo, con la mejor motivación posible y con las ganas de hacer en la primera cita de la temporada los deberes para pasar un año tranquilo y en busca de nuevos retos.
En teoría su misión no es imposible. De la misma manera que el año pasado, Pablo está en disposición de atacar, de ir a por todas y de intentar conseguir una victoria que ya si le colocaría en esa elite del golf europeo en la que quiere estar. Si consiguiera ganar mañana, Pablo daría un paso de gigante de cara a su carrera y a su definitiva tranquilidad para seguir luchando por cotas más importantes.
El malagueño tiene calidad suficiente para poder hacerlo bien en citas importantes y su juego –no hay más que verlo- sigue mejorando cada semana. Pero para ganar tendrá que superar a quien ahora mismo es líder de la competición, el sudafricano Antonhy Michael, que también está jugando muy bien y que tras la tercera jornada se encuentra con diez bajo par después de tres parciales de 66, 69 y 71 golpes. Visto lo visto parece que la presión le va pudiendo y que quizá mañana no aguante las embestidas de un malagueño que quiere la victoria a cualquier precio.
Por detrás de ellos dos, cuatro sudafricanos más intentarán que el malagueño no consiga la victoria. Deie van der Walt también está con nueve bajo par mientras que Charl Schwartzel y Alex Haindel son cuartos con siete abajo. Thomas Aiken, con -5, ocupa la quinta posición ya lejos de la cabeza, aunque no es descartable para poder conseguir la victoria.
En cuanto a los otros dos españoles en juego, Álvaro Velasco acabó su tercera jornada con cuatro sobre par y al par del campo en vigésimo tercera posición mientras que rafa Cabrera Bello, también con 76, es trigésimo. Los dos podrán subir posiciones el domingo pero tendrán que jugar mucho mejor que hoy, sin duda su peor día en el torneo.