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Valderrama me engancha

Valderrama me engancha

Por Guillermo Salmerón
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sábado 31 de octubre de 2009, 00:00h
Hacía dos años que no venía por Valderrama y, la verdad, es que lo echaba de menos. Todos los años del Volvo Masters, la Ryder Cup, la presencia de Woods en los torneos del WGC, la lluvia, los greenes rápidos como el hielo, el viento, la lluvia y la magia de cada uno de sus rincones engancha mucho.
Lo de jugar en Valderrama es otro mito. A mi, personalmente, me gusta venir a este campo y ver como las cosas apenas cambian. He tenido la suerte de jugar 8 o 10 veces aquí. Me ilusiono como un niño en los dos primeros hoyos, me lo paso bomba en el campo de prácticas imaginando los birdies que me voy ha hacer luego. Me paso la noche soñando que llego al 17 y me tiro de dos a green para hacer luego un birdie del que presumir con mis aigos, pero como siempre digo, nada más empezar a jugar me doy cuenta, otra vez, que este campo es dificilísimo.


Los greenes son imposibles, los golpes desde la calle al green parecen fáciles desde la tele, pero cuando estás en la calle a ras de suelo no hay nada que hacer.  Lo único que deseas cuando ya has jugado el 9 es llegar pronto a la casa club y contar algún golpe que casi por casualidad te ha salido bien.


Lo verdaderamente bonito de Valderrama es verlo y vivirlo como espectador, pudiendo ver a los mejores jugadores del mundo luchando contra un campo casi imposible que cuando además se alía con el viento es casi indestructible. A mi, que en la historia de este campo no haya habido ningún jugador español que haya podido ganar aquí me hace pensar en lo realmente duro que es este recorrido. Nunca ninguno de los nuestros ha sido capaz de ganar en Valderrama, por algo será.


Jiménez, que de esto sabe una barbaridad, decía con el puro entre las manos nada más terminar su última vuelta, que habrá más oportunidades. Es nuestra asignatura pendiente. Un punto y seguido que hace que este campo siga atrayendo. Valderrama Es como esa novia guapa con la que todos hemos soñado tener sólo para presumir delante de los amigos.


Si usted pregunta a algún aficionado donde le gustaría jugar seguro que uno de los dos o tres campos que le dice es Valderrama. Si pregunta a algún aficionado que ha jugado en Valderrama que le pareció el campo, nadie le dirá que jugó fenomenalmente bien. Domar Valderrama está sólo al alcance de unos pocos y si no, que se lo pregunten a Woods.
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