Europa se encamina hacia la victoria

Tras la jornada de ayer, que terminó con 6 a 4 a favor de los americanos, acabó casi de noche. Los jugadores estaban agotados, los alrededores del campo destrazoados, el publico esperanzado pero con una paliza que ni pensaban y lo malo es que las previsiones reflejaban lluvia para el domgo.rollar su mejor juego


Todo el mundo aceptaba que la Ryder se terminaría el lunes por primera vez en su historia y los más normal era reservar fuerzas. El campo estaba en su límite, parecía que no iba a aguantar más y los seis partidos que había en juego, dos de Foursomes y cuatro de Fourball intentaban arañar hoyos al campo para intentar terminar lo máximo posible.


Pero no iba a dar tiempo. A lo que si dió fue a ver una recuperación espectacular del equipo capitaneado por Colin Montgoemrie que poco a poco, casi con cuentagotas iba sumando puntos en sus marcadores para dejar el marcador en esos seis partidos con un espectacular parcial de 6 a 0 que emocoionaba a los europeos y metía el miedo en el cuerpo a los americanos que hasta ese momento se habían visto muy cómodos en un torneo en el que estab dominando sin hacer demasiado.


Quizá la presión de los nuestros, las ganas de hacerlo bien o quizá de ganar demasiado pronto, pudo con unos europeos que no acertaban a desarrollar su juego pero el paron del sábado, apenas diez mintos para comer algo, les vino de maravilla y en la reanudación para intentar terminar los seis partidos de dobles que quedabn, el equipo salió transformado.


El domingo por la mañana, mas de los mismo: lluvia, lluvia y más lluvia que hizo que el torneo no pudiera comenzar hasta las dos de la tarde hora local. En apenas dos horas, Westwood y Donald sumaron la primera victoria para los nuestros sacando del campo a Tiger y Stricker, que perdían su primer partido del tornmeo y que colocaba el parcial en 6 a 5 para los americanos. Media hora después, McDowell y McIlroy sumaban el sexto punto europeo y los americanos comenzaban a sufrir de verdad.


En los cuatro partidos de Fourballs que se dispuban por la tarde, la tendencia era también europea pero los americanos se resistían como podían y con golpes de buen juego conseguían alargar la emoción y la igualdad en el marcador. El rojo y el azul aparecían y desaparecían del marcador como por arte de magia, pero en Celtic Manor daba la sensación de que todo llegaría al lunes con casi todo igualado.


Harrington y Fisher habían jugado todo el día a las mil maravillas y derrotar a Furyk y Johnson no era nada fácil. Al final, lograron la victoria y sumaron un nuevo punto que sabía a auténtico oro para los nuestros y que colocaba el marcador en un 7 a 6 que hacía soñar a todos con metas más importantes. la Copa estaba un poco más cerca de quedarse en Europa, sobre todo gracias a un Ross Fisher realmente espectacular.


Hanson y Jiménez, que jugaban contra Jeff Overton y Buba Watson seguían cumpliendo su papel y en el 16 Jiménez metía un putt para ganar el hoyo y para seguir soñando. Los nuestros mantenían sus cifars y todo hacía presagiar que los europeos saldrían a jugar el lunes partiendo con ventaja en el marcador. Con este resultado, Jiménez lograba su tercera victoria en su carrera en la Ryder y aumentaba, aún más, su peso específico en el equipo, quizá mucho más importante de puertas adentro que hacia fuera. Al final ganaron por 2 up.


Francesco y Edoardo Molinari fueron los que más sufrieron en su partido de la tarde del domingo. Durante casi todo el match fueron por delante en el marcdor pero casi al final Cink y Kuchar empezaron a meter putts y fueron complicando para los europeos un partido que olía a empate desde el hoyo 14, pero en el 16, Francesco fallaba un putt de apenas un metro en el que se quedaba corto y casi sentenciaba el partido para los americanos. Afortunadamente, en el 18 arregló las cosas con un gran putt y logró empatar el partido y sumar medio punto más para el equipo.


En el último partido del día, Poulter y Kaymer, que tambien terminaron 2 up, se veían las caras con Phil Mickelson y Ricky Fowler. Poulter estuvo brillante y puso toda la fuerza de su espíritu y de su calidad. Sus ganas merecían premio y ese fue el de otro punto más para Europa, que dejan las cosas muy en franquicia para los hombres de Colin Montgomerie.