Corey Pavin y Colin Montgoemrie tienen puestos los ojos de millones de aficionados al golf sobre ellos. Sus respectivas capitanías, la del equipo americano y la del europeo en la próxima edición de la Ryder Cup les hacen ser dos de los personajes más importantes del golf mundial en este mes de verano. Sobre ellos recaerá además, la difícil elección de los jugadores que no han conseguido su plaza. Hay muchos nombres y pocos sitios. Los dos tienen el mismo problema.
Pero seguramente sus dos cuestiones más importantes estén centradas en dos jugadores que, a priori, no iban a ser conflictivos hace solo un año. Tanto Pavin como Montgomerie pensaban que sus dos mejores armas para esta Ryder Cup iban a ser Sergio García y Tiger Woods. Los dos grandes estrellas del golf mundial parecía que serían los pilares fundamental de cada uno de sus equipos, pero no será así.
A menos de dos meses para que se juegue en Celtic Manor una nueva edición del torneo más importante del mundo, ni Tiger Woods ni Sergio García tienen asegurada su presencia dentro del equipo. Por ranking, el castellonense no está dentro de los nueve jugadores que por derecho propio debería de jugar. En cuanto a las tres elecciones de Montgomerie, no se sabe muy bien qué es lo que hará el escocés con él, sobre todo después de las últimas declaraciones de Sergio referidas a que en caso de ser elegido no sabría si responder afirmativa o negativamente a la invitación.
Por su parte Pavin ha dicho que hablará con Tiger en el cuarto grande de la temporada para ver cómo está el número uno del mundo, su estado de ánimo y sus ganas de participar en la Ryder.
Monty ya lo hizo con Sergio durante la disputa del Open Británico en St. Andrews. Las cosas no están claras para ninguno de los dos, pero no me digan que no están bonitas. Cosas como estas, incluidas los problemas de los capitanes o las dudas de las máximas estrellas son también la sal y la pimienta de este torneo tan espectacular.
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