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Golf aterciopelado y con retrogusto

Golf aterciopelado y con retrogusto

Por Josega Fernández
lunes 19 de julio de 2010, 00:00h
En tierra de viñedos, entre cepa y cepa y en pleno parque natural de La Grajera, se levanta un campo de golf municipal. Es el campo de Logroño, gestionado por FCC, que presenta un recorrido amable y entretenido. De color intenso, con los palos en la mano se presenta como un campo aterciopelado y con retrogusto.
Logroño está decidido a convertirse en un destino de golf. Para ello tiene varias armas preparadas. Los tres campos de golf riojanos, a los que se une la oferta alavesa, y sobre todo, unos recorridos regados por buen vino, como no podía ser de otra manera.


Es el fuerte propósito del campo de Golf de Logroño con David Bedia al frente. Para David, "la unión del golf y el vino es indispensable en esta tierra", y por eso las ofertas van destinadas a este objetivo. Ganas no faltan y tampoco escenario. En pleno parque natural de La Grajera, 18 hoyos y un pitch & Putt se integran perfectamente en el paisaje. El recorrido largo cuenta con un protagonista especial, el hoyo más largo de España con 620 metros desde blancas. Es el hoyo 4 que cuesta arriba y con viento en contra crece en  dificultad, y es un aliciente más para este campo.


Antes de este reto, los tres primeros hoyos reflejan muy bien cómo es el campo. Amable, sin demasiados peligros. David lo tiene claro. "La mayoría de los jugadores son hándicap medios altos y no les gusta venir a sufrir". Por eso no hay mucho rough y las calles son anchas. Los greenes, eso sí, tienen cierta dificultad por su movimiento. Eso no quita para que el campo se haga más difícil si es necesario, como cuando se celebró en 2006 el Campeonato de España, aunque en esa ocasión Miguel Ángel Jiménez se llevó el triunfo marcando un nuevo récord con 60 golpes.


Tras un par 3 de 118 metros desde amarillas, con un gran búnker antes de green que oblga a precisar el golpe, llega uno de los más bonitos hoyos. El 6, un par 4 de 401 metros desde barras amarillas con el tee en alto, de manera que se ve un paisaje riojano muy agradable, slobre todo porque el tee se ecuentra a una altura considerable, de tal manera que el golpe se hace más apetecible.


El hoyo 7, con dog leg a la izquierda, cuenta con el green en alto y eso también obliga a precisar el segundo golpe, para calcular bien la entrada, porque el green, además, no es muy grande. Para recuperar, si es necesario, el hoyo 8 es un par 3 cuesta abajo de 160 metros. Y en el 9 un par 5 agradable, con un ligero dog leg a la derecha y cuesta abajo que con la Casa Club al fondo se disfruta más.


En la segunda vuelta, las dificultades se conccretan en el hoyo 12 y en el 18, donde hay que saltar el río que cruza. El 12, par 5 de 477 metros con dog leg a la izquierda, precisa de un buen golpe de salida. El 18, par 4 de 378 metros y dog leg a la derecha, obliga a dejar la bola cerca del agua para poder saltarla con comidad.


Con dos pares 3 y dos pares 5 en cada vuelta, el campo de Logroño se hace entretenido y agradable, en un entorno privilegiado y muy bien marinado con el vino. Las ofertas se multiplican en verano. Con un 2 por 1 o con paquetes de hotel, golf  y bodega, como el que se ofrece con el hotel Villa de Laguardia, que incluye circuito Wine Oil Spa. De domingo a jueves, 170 euros más iva por persona con alojamiento y desayuno, green fee, circuito wine oil spa y visita a bodega.


La Rioja, lugar de vino por excelencia, se combina con golf de manera que el destino presenta una interesante fermentación que da lugar a un producto atercipelado, con retrogusto y tonos muy amables. 
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