Tuve ocasión de verlo personalmente en acción en 2005 en San Roque con ocasión del Open de España, torneo que ganó en un pla-yoff a su compatriota Gustafsson, aquel jugador de los gorritos de colores.
El pasado fin de semana en el campo de Pula en Mallorca, el sueco dio un ejemplo de cómo comportarse, a la vez que demostró lo que hay que hacer cuando la adversidad se pone en marcha. La reacción de Hanson fue extraordinaria, eso sí, sin descomponer el plano en ningún momento.
El jefe de los árbitros le comunicó en el hoyo 12 la posibilidad de imponerle un golpe de penalidad por haber golpeado la bola dos veces en el mismo swing. Se calló, pero en el siguiente hoyo su bola se fue fuera y tuvo que dropar con un golpe a añadir en la tarjeta. Lógicamente la noticia descentró al jugador y marcó un bogey. Todo esto cuando marchaba líder del torneo. Algunos pensamos que la noticia de la posible penalidad, que luego se confirmó, alteró la concentración de Hanson, pero como vimos en los hoyos siguientes, fue capaz de remontar y de ganarle el playoff a Cañizares.
Cuantos jugadores, y entre ellos bastantes españoles, debían tomar buena nota de actuaciones como la del sueco. Hay muchos, que llevando una excelente tarjeta, cuando les sobreviene un par de situaciones adversas, se vienen abajo y todo el trabajo brillante realizado hasta ese momento, se desmorona cual castillo de naipes.
Los profesionales han de ser los mejores con los palos, en su comportamiento en el campo, en los gestos y fundamentalmente han de saber sobreponerse ante las adversidades. Qué buen ejemplo de todo esto dio Peter Hanson en Pula el domingo pasado.