Han pintado caras, han jugado al minigolf, han subido en camas elásticas y se han tostado bajo el sol de Sevilla mientras observaban sin pestañear todos los trucos de magia salidos de la chistera del mago de turno. Todo esto bajo la atenta mirada de unos cuidadores pendientes de ellos.
El público es una parte importante en todos los deportes, aunque ya hemos comentado en alguna ocasión que en este hay jugadores que no están conformes con la actuación de los seguidores en general y los niños en particular les molestan un poco. Pues bien, este Open se está caracterizando por la cantidad de chavalines que están pasando por el Real Club de Sevilla. Los más pequeños tienen su espacio y están encantados, pero los que ya han crecido un poquito más, están siguiendo partidos con una dedicación digna de elogio. Saben estar en su lugar, saben cuándo deben callar, saben dónde deben posicionarse para no molestar al jugador. Empiezan a tener claro las normas que rigen esto del golf.
Es lo primero que debe tener claro un jugador de antes de pisar un campo y estos niños que están comenzado en este juego nos pueden dar lecciones al respecto. Lo normal es que ellos sean el futuro de este deporte, y no hay nada como empezar desde niño, todo se aprende mejor y más rápido y pasa a formar parte de su vida. En la parte infantil una niña que hablaba con su papá le decía: “Tú has venido a ver el golf, y yo además a divertirme”, eso es lo que hacen estos chavales, aprender y divertirse.
Si (
No(
