Y es que el que fuera ganador de este torneo en 1977 y 1981 ha vuelto a Augusta con 61 años y parece que quiere seguir quedándose eternamente. Hoy para empezar el torneo, para quitarse presión y para casi asegurarse el corte ha firmado un espeluznante 67 que le llegó a colocar líder provisional del torneo con cinco golpes bajo el par del campo. Con él, Westwood, Mickelson Yang y Choi han firmado idéntico resultado, aunque choca que Watson, con 61 años, hay sido capaz de aguantar el ritmo frenético que impone el campo, contando en algunos casos con más de 30 años de diferencia con sus rivales.
Con una tarjeta impoluta, sin bogeys y sin un solo error, Watson llegó a la casa club y al vestuario con cinco birdies en su bolsa (1,3, 15, 16 y 18) que le siguen manteniendo en el sueño que el año pasado, en el verano, en el British Championship, le llevaron a tocar el cielo con las manos pocos días antes de cumplir los 60.
Aquella vez fue Stewart Cink el que le robó el sueño, quizá en esta ocasión no haya nadie capaz de hacerlo. La realidad es que parece fuerte como un roble y dispuesto a todo y de lejos sus arrugas desaparecen a la vista y sus golpes y las bolas que impacta vuelan igual que las de un chaval de 20 años. De momento, Watson durmió como un auténtico chaval. Le quedarán sólo 45 hoyos para terminar y en sus alforjas ya cuenta con cinco birdies para administrar.