Hace apenas dos días uno de los dos grandes diarios deportivos de nuestro país aseguraba que Tiger podría volver en el próximo Masters de Augusta. Hace apenas unas horas ya se habla de que Tiger "ha salido de la clínica de desintoxicación, que volverá para jugar el Accenture, que hay rumores de vuelta, de recuperación y que todo el culebrón del número uno del mundo está cerca de terminar".
Desde otras fuentes se asegura sin rubor que la fecha de reaparición de Tiger podría ser el CA Championship, o el Accenture, vamos que desde hoy y hasta el Masters de Augusta cualquier lugar o cualquier torneo podría ser el elegido para coger el retorno más esperado del deportista que más primeras páginas de periódicos, de internet, horas de televisión y minutos de radio ha copado en la historia de cualquier deporte.
Sin embargo, la realidad es bien diferente. Nadie o casi nadie en el mundo sabe a ciencia cierta cuando va a reaparecer Tiger Woods; si lo hará, de que manera, si hablará o comparecerá antes -como pide Tom Waton-, si va a cambiar de domicilio, si sigue casado o se va a divorciar, si se habla con su suegra, si ha vuelto a ver a sus dos hijos, si su mujer le va a perdonar o si Rachel Uchitel -por decir una de sus amantes- se va a ir a vivir con él y Ellin al piso de arriba de su mansión.
En las últimas horas se ha oído de todo. Quizá sea una pista para entender que, a lo mejor, sí que Tiger podría volver en un cierto tiempo. La verdad es que ningún jugador profesional ha soltado prenda, ningún organizador de torneo tampoco, desde el entorno más cercano del jugador no se ha dicho absolutamente nada y, para ser totalmente sinceros, la frase más dicha cuando se habla de Woods es que "los últimos rumores indican que..."
De rumores con Woods da la sensación de que vamos a seguir escuchando muchas cosas durante mucho tiempo pero de verdades, visto lo visto, poquitas. Si usted lee o alguién le dice que Tiger va a volver en tal o cual torneo, desconfíe. La realidad es que su interlocutor no tiene ni idea de ese hecho. Otra cosa es que diga cuando cree que va volver. Nosotros, lo reconocemos, no tenemos ni idea, ni la más remota del ansiado retorno, pero por pedir, nos encantaría que volviera la semana que viene.