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¿Buenas ó malas noticias?

¿Buenas ó malas noticias?

Por Guillermo Salmerón
viernes 14 de agosto de 2009, 00:00h

No sé que tema elegir, si buenas o malas noticias. Después de este fin de semana de locos a uno se le queda el cuerpo como si acabara de llegar de un viaje de nueve horas en avión, con Jet-lag incluido. El viernes, de madrugada, Woods ya no podía más y decidía dejar de competir por tiempo indefinido, así lo decía en un nuevo comunicado en su página web. Algo que todo el mundo temía y que se esperaba en cualquier momento, pero que también costaba creer que finalmente pudiera suceder.

Tiger no va a jugar en bastante tiempo, quiere arreglar sus problemas domésticos -que parecen muchos- y debería hacerlo también con los suyos propios. No es muy normal lo que le ha pasado. Esa fiebre por pasárselo bien en camas ajenas no es del todo recomendable, sobre todo si eres uno de los personajes más famosos del mundo, tienes una mujer que te espera cada día en casa y dos hijos que apenas han cumplido dos años de edad.


Da la sensación que todo esto terminará cuando los abogados de Elin Nordegren y Tiger Woods lleguen a un acuerdo de divorcio, cierren la cantidad de dinero que Woods deberá pagar -se habla de cerca de 300 millones de dólares- y a otra cosa.

 

En el camino, duro y tortuoso, Woods ha perdido ante los aficionados, compañeros y patrocinadores prestigio, credibilidad, cariño, confianza y todo lo que queramos poner, pero mantiene intactas sus posibilidades de seguir siendo el mejor jugador de golf del mundo. Si fuéramos muy egoístas su vida privada debería de darnos igual con tal de que su vida deportiva siguiera al mismo nivel que hasta ahora, pero no debemos de ser así. Lo más importante es la persona y si Woods no está contento, tranquilo, relajado y con una vida personal estable, los resultados no llegarán, eso seguro.

 

En el otro lado de la balanza la victoria de otro gran jugador de golf, el malagueño Pablo Martín Benavides que, después de tres años dando tumbos con su juego, sin saber muy bien como dirigir su carrera y con la victoria en el Open de Portugal que parece que le hizo más daño que bien, ha vuelto a ver la luz apenas unas semanas después de debatirse entre el horror de perder la tarjeta del Circuito Europeo o buscar su destino en otras cosas. Al final, la historia para Pablo es casi de película. Después de ser considerado como uno de los mejores jugadores universitarios de su generación, unas semanas antes de hacerse profesional juega en Portugal, el Open, y lo gana. Más presión para él y argumentos para los que creen que ha nacido un nuevo Ballesteros y la nueva revolución del golf español. Demasiadas cosas para un chaval que siempre quiso andar despacio y hacer las cosas bien y que le llegó la victoria en el momento menos oportuno.
 

 

Tras tres años buscando la solución a su vida Pablo la encuentra ahora en Sudáfrica, acompañado de su hermana -las mujeres siempre tienen un sexto sentido- y en la primera prueba del Circuito Europeo de 2010. No se puede empezar mejor el año y seguro que éstas serán para Pablo las mejores Navidades de su vida. Seguro que tendrá muchas más y seguro también que puestos a elegir usted también prefiere leer lo de Pablo a lo de Woods. En Navidad siempre gustan más las buenas noticias.
 

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