En Zaudín van a tomar parte la práctica totalidad de las profesionales españolas, acompañadas por varias amateurs, así como por jugadoras extranjeras con representación cada vez más numerosa en el Banesto Tour, frecuentado por británicas, suecas, francesas, italianas, belgas, portuguesas e incluso participantes de Chequia y Argentina.
Tras una brillante etapa amateur plagada de triunfos, entre ellos el Británico y dos medallas de oro en los Juegos del Mediterráneo, la malagueña Azahara Muñoz no ha podido comenzar mejor su carrera profesional y lleva dos de dos, se impuso en el Madrid Ladies Masters (Ladies European Tour) y unas semanas más tarde en la penúltima prueba del Banesto Tour disputada en Sant Cugat.
Azahara Muñoz comentó que está “muy contenta, nunca imaginé que iba a empezar de esta manera. Tengo ganas de jugar el Banesto Tour en Zaudín, hace unos nueve o diez años que ganamos allí el Campeonato de Andalucía con el equipo de Guadalmina, pero no he vuelto desde entonces. Sólo he podido jugar el Banesto Tour de Barcelona –he pasado todo el año estudiando en Estados Unidos- y me ha venido estupendo, ese torneo y el de Sevilla me han permitido seguir con el ritmo de competición antes de ir a Estados Unidos a intentar sacar la tarjeta del Circuito Americano. Tengo la suerte de haber conseguido entrar en el Tour Europeo al ganar en Madrid, pero me parece importantísimo que las jugadoras españolas –y todas las extranjeras que participan- tengan la posibilidad de competir en el Banesto Tour, es un paso esencial que nos hacía mucha falta en el golf femenino en nuestro país. Creo que todas estaremos siempre en deuda con mi paisano Carlos García-Hirschfeld y con Banesto."
Respecto a su juego, Azahara dijo que lleva "dos años jugando bastante bien, pero la verdad es que no se me había pasado por la cabeza llegar y ganar. El Madrid Ladies Masters no me lo esperaba, yo iba con la idea de jugar bien e intentarlo todo igual que hago siempre que juego un torneo. Cuando me pongo en el tee del uno no pienso ‘hoy voy a ganar’, prefiero pensar ‘voy a hacer tantas’ e ir golpe a golpe, porque ganar no solo depende de mí sino también de las otras jugadoras. Cuando volví a casa después de ganar en Madrid me vino a recoger mi padre pero no mi madre y pensé ‘qué raro’, porque siempre vienen los dos a buscarme. Al llegar a casa noté algo extraño, tenemos un patio y vi una bandera de España, y de repente empezó a salir gente de todas partes cantándome “es una chica excelente”; estaban todos mis amigos y los de mis padres. Me llevé un sorpresón y me hizo muchísima ilusión. Cuando volví de Barcelona después de ganar el Banesto Tour me fui de marcha a celebrarlo con mis amigos y los de mi hermano”.