En el hoyo 15, McGowan se preparaba para patear. Mucho público, como en todo el torneo, se agolpaba alrededor del green, también porque seguían a Sergio García. Un ligero murmullo molestó al marshall que en un repentino exceso de celo gritó con voz fuerte: "Silencio, por favor", pero sin percatarse que McGowan ya estaba dispuesto a golpear a la bola. El grito despitó al inglés que justo después del golpe levantó los brazos en señal de protesta. La historia tiene una final feliz porque el putt entró por todo el centro del hoyo.
Los 200 voluntarios han recibido a cambio de su trabajo un uniforme de Botticelli Golf compuesto por dos polos, un chaleco y una gorra con el logotipo del torneo. Además tendrán desayuno y almuerzo durante los días que colaboren; participarán en el torneo especial para todos los voluntarios que se celebrará en el Centro de Tecnificación de la Federación de Golf de Madrid, y recibirán un green-fee para jugar en el Centro Nacional de Golf y una entrada para que familiares o amigos asistan al Madrid Masters. Todo un saco de regalos que puede provocar un exceso de celo.