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Derecho a informar y opinar

Derecho a informar y opinar

viernes 01 de mayo de 2009, 00:00h
 “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión” (Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos)
No es de recibo lo acontecido en la sala de prensa del Open de España el pasado día 29 de Abril, aunque inicialmente todo era casi bucólico. El PGA de Cataluña desprendía ambiente de Open de España. Un  campo cuidado al detalle y elogiado por todos los jugadores. Una sala de prensa repleta de periodistas en busca de noticias. Cámaras, grabadoras, libretas, ordenadores….Y el buen hacer del equipo de comunicación del Torneo que acerca a todos los jugadores españoles a la “sala de prensa” donde contestan a cuantas  preguntas se formulan desde las bancadas de los periodistas.

La foto habla por sí sola. Buen rollo en un deporte, el Golf, necesitado también de apoyo en tiempo de crisis. Eso es lo que han reflejado todos los medios de comunicación que se ocupan del Golf. Sin embargo, ustedes –lectores-  y nosotros –periodistas- no pueden, no podemos ser ajenos, porque iría contra el sacrosanto derecho a la información, desconocer los hechos acaecidos en el minuto posterior a la finalización de la comparecencia de prensa comentada.

Uno de los grandes de este deporte Miguel Ángel Jiménez, un caballero dentro y fuera del campo de juego, de palmarés indiscutible y simpatía arrolladora, pierde los nervios y se dirige a José Martínez, compañero periodista, veterano en estas lides, editor de la Guía Quién es Quién en el Golf español, colaborador del portal Doblebogey, contertulio de televisión, y radio llamándole “sinvergüenza” de forma reiterada a sala de prensa repleta. Y no le estaba llamando solo “pícaro o bribón”; más bien parecía –por la cantidad de testimonios recogidos-  la segunda acepción del diccionario de la RAE: “Dicho de una persona: Que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades”.

Sabemos que si un hecho similar hubiera ocurrido en la sala de prensa del FCB y un jugador de la primera plantilla se hubiera disparado llamando “sinvergüenza” a uno de los profesionales presentes en la rueda de prensa, simplemente  porque no le gusta lo que opina sobre él o sus circunstancias en el periódico, la radio o la TV, al minuto, esa noticia abriría informativos y provocaría una inmediata reacción de su club, castigando una actitud intolerable a todas luces. Y no porque la Libertad de expresión sea patrimonio de los periodistas, ya que conforme a la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 19: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión”, sino por lo irracional del comportamiento ante una opinión profesional expresada libremente en un medio de comunicación.

El Golf también es deporte y las reglas funcionan de la misma manera que para el fútbol, baloncesto o atletismo. No hay dobles varas de medir. Si la información es errónea te asiste el ejercicio del derecho de réplica y si de una opinión personal se trata -como parece ser el caso-  rebatirla con tus argumentos, en el mismo medio y con la misma intensidad tipográfica, pero no  a grito pelado en una “sala de prensa”. Los profesionales españoles de Golf no pueden, no deben ser ajenos a este principio básico  de respeto mutuo, a veces te gusta lo que dicen de ti y otras sucede al contrario.

Miguel Ángel Jiménez, además de magnífico profesional de Golf y excelente persona –según los que le conocen-  se ha equivocado gravemente, aunque le aplaudan sus compañeros. La queja formal presentada por trato vejatorio a este compañero ante el director del Torneo seguirá ahora su curso hasta la mas altas instancias deportivas del circuito europeo y acarreará –probablemente- una sanción económica, a la que afortunadamente podrá hacer frente Jiménez sin demasiado perjuicio económico, será lo de menos, lo más importante es que habrá lesionado –gravemente-  la tradicional relación entre jugadores e informadores de Golf.

El periodista José Martínez ha dado su opinión por escrito sobre un personaje público en un acontecimiento público y guste o no, puede hacerlo, como tantas otras veces ha dado otras sobre la misma persona en sentido contrario. Por eso y por el bien de la profesión golfística y periodística ustedes debían saber, y ahora saben, lo que sucedió en la sala de prensa del Open de España en Gerona. Sabiendo que nadie está en posesión de la verdad absoluta, pero nadie tampoco puede perder las formas como ha hecho todo un icono del deporte del golf nacional e internacional,  me atrevo a recordar que “rectificar es de sabios”  y “la rectificación es un derecho inalienable” cuando alguien se convence del error sea en las formas o en el fondo. Si el asunto tiene solución,  ¿porqué no aplicarla?

Aplaudir comportamientos como el Miguel Ángel Jiménez no ayuda a este deporte, y pone en un duro brete a la profesión periodística si no se manifiesta ahora tajante en defensa de la libertad de expresión para evitar males mayores no deseados. Porque hoy es un grito continuado de “sinvergüenza” y mañana, de no atajarse, quién sabe qué. Si el mejor escribano echa un borrón, Miguel Ángel Jiménez debe saber como seguir siendo el mejor.  Los pulsos mal tirados suelen dejar lesiones graves en lo personal y en lo colectivo. Normalmente no merece la pena echarlos sin ajustarse a las reglas establecidas, a riesgo de provocar lesiones graves o irreversibles.  

Constantino Mediavilla
Presidente de la APEI-PRTVI
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