En el límite entre Madrid y Toledo, en el Señorío de Illescas, Making Golf presenta esta semana un nuevo campo de golf. Son 9 hoyos que pretenden dar “oxígeno” al sur de Madrid con un campo diseñado por Global Golf y que contará con una importante Academia.
Como todos los pioneros, el campo de Illescas se presenta con mucho futuro en una zona “desierta” de campos de golf.
Con la mirada puesta en Getafe, el sur de Madrid tiene una importante “sequía” de campos de golf y el recorrido de Illescas, técnicamente en la provincia de Toledo pero a un kilómetro de la frontera con Madrid, con estos 9 hoyos tienen el propósito de convertirse en la referencia de los aficionados de Fuenlabrada, Pinto o Parla.
Making Golf ha apostado por este campo abandonado por Fadesa, dentro de la urbanización del Señorío de Illescas. Comprado en septiembre de 2008, en poco más de seis meses se ha obrado el milagro. De un terreno prácticamente dejado, se han resucitado nueve hoyos donde la calidad es una de los propósitos. J
avier Insula, director general de Making Golf, considera la calidad como una característica y un requisito principal. “Apostamos por tener el campo en perfecto estado”, dice. Ahora, para empezar, las calles todavía no están al cien por cien. Hay que dejar que se formen un poco más, y por eso el precio de lanzamiento del Green Fee es de 15 euros. Sin embargo, los tees y los greenes están cuidados al detalle.
Los 9 hoyos son un recorrido entretenido y en alguno casos con ciertos riesgos. Par 35 de 2.610 metros desde amarillas, cuenta con tres hoyos pares 3, dos hoyos pares 5 y cuatro hoyos pares 4. De esta manera, con los 9 hoyos se pueden utilizar todos los palos, en particular el drive porque las calles invitan a ello. En general son anchas, con greenes y bunkers grandes. Poco árbol, pero los que hay pueden llegar a afectar al juego en una zona en la que el viento será sin duda en muchas ocasiones protagonista.
Para empezar, el hoyo uno se destapa con una salida para despejar dudas.
El drive se puede utilizar con ganas, eso sí, sin irse a la derecha donde está la cancha de prácticas. Si se sale bien, el segundo golpe es franco al green. Para seguir, el hoyo dos es un par 3 de 159 metros con un green con mucho movimiento. Llegar no será problema pero hay que afinar con el putt. Después otro par 4 de recuperación, corto y cuesta abajo, sus 287 metros no serán problema. Después el hoyo más fácil, de 100 metros.
En el 5 nos encontramos con el hoyo más complicado. Es un par 4 de 394 metros con una salida estrecha, estacas rojas a la izquierda y fuera de límites a la derecha. La calle hace un ligero dog leg a la derecha y además el green está un poco en alto, lo que aleja todavía más el objetivo.
Tampoco desmerece en dificultad el hoyo 6.
Es un par 5 de 436 metros con una calle con varias curvas a derecha e izquierda. El green está escondido cuesta abajo, pero hay dos búnkers en la calle muy grandes que pueden estorbar bastante.
Después de un par 3 de 173 metros, el hoyo ocho, otro un par 5 de 400 metros cuesta arriba pone a prueba a los pegadores. Lo mismo que el hoyo 9, el más impresionante. 316 metros con dos lagos. El golpe de salida debe saltar el primero y lograr no caer en el siguiente. Además, para complicar más el asunto, un búnker antes del segundo lago dificulta aún más. De segundo golpe se puede saltar el agua o bien jugar conservador a la derecha, pero todo depende de dónde esté la bandera.
Making Golf ha resucitado nueve hoyos que estaban muertos. Con este recorrido el sur de Madrid ha visto un nuevo milagro, el del Señorío de Illescas.