Esto hay que hacerlo extensivo a los abonos. Es aquí donde los gerentes de los campos tendrán que estudiar bien la situación y establecer una serie de medidas que propicien que no decaiga la fiesta. En otras palabras: tendrán que apretarse el cinturón y elaborar una nueva política de precios para que el practicante siga acudiendo a jugar. Todos somos conscientes de que mantener un campo en óptimas condiciones necesita echarle euros y que el fin de todas las empresas es ganar dinero, pero estudiemos la situación y que la pelotita siga corriendo por las calles verdes de nuestros campos.
El aspecto deportivo no escapa a esta tan traída y llevada crisis. Hay torneros, algunos de ellos muy importantes a nivel internacional, que se están cayendo, da igual que sea en América, Asia o Europa. Los patrocinadores también están sufriendo los efectos económicos y no se prodigan como hace tan solo un año. Creo, por el bien de todos tendría que bajar la dotación en premios para que este deporte seguido por muchos millones de espectadores en todo el mundo a través de la televisión, siga disfrutando del espectáculo del golf y de esta forma quien pone los duros siga haciéndolo.
El futuro de nuestros jugadores a nivel internacional me parece esplendoroso. Están emergiendo jugadores que protagonizan unas actuaciones memorables. Hombres jóvenes con carisma y sobre todo con un nivel de juego al mayor nivel. Sergio García, número dos del mundo y líder de la Orden de Mérito, o carrera hacía Dubái, como se dice ahora. Álvaro Quirós, quinto en este mismo ranking y vencedor de dos torneos importantes en un espacio breve de tiempo que le han abierto la puerta a los Campeonatos del Mundo y a los grandes. Larrazabal, Gonzalo, Cañizares, Garrido, Lara, Velasco, etc, están contribuyendo a que España no sea solo un país con muchos y buenos campos, sino que nuestros jugadores están también en la mejor situación a nivel deportivo.
El futuro no es que sea especialmente halagüeño, pero creo que hay que afrontarlo deportivamente y con un cierto optimismo. Tenemos que subir el hándicap y eso sólo se consigue jugando.
Valentín Requena es periodista