Estambul, máximo exponente del nexo de unión entre dos mundos, muestra coqueta una belleza nunca exenta de ciertos misterios insondables. Pasear por su laberíntico entramado de calles, que tan pronto parece anclado en los tiempos de Bizancio como impregnado de rabiosa actualidad, supone un auténtico festín para los sentidos. Un mar de sensaciones entre Oriente y Occidente.
Paisajes mediterráneos donde despuntan bosques de cedros, campos salpicados de imponentes olivos centenarios, estepas e inmensos prados donde se adivina la impronta que dejaron las huellas de las antiguas caravanas en su Ruta de la Seda. Inmensos bazares que conviven con modernos locales exquisitamente decorados; o zocos que contrastan con los enormes edificios propios de una gran capital de negocios. Todo ello salpicado de increíbles joyas arquitectónicas que observan en silencio el paso del tiempo. Como colofón, Estambul cuenta además con exclusivos campos de golf que permiten a los amantes del deporte disfrutar de su afición al tiempo que descubren una de las urbes más atractivas de Europa.
El Estambul Golf Club se encuentra entre los cuatro clubs más antiguos de todo el continente. Fundado en 1895 y situado en el corazón del barrio de negocios el Campo de nueve hoyos y un Par 65, si bien no es muy grande, resulta muy atractivo por requerir una cierta dosis de técnica. Un club donde los jugadores pueden evocar tiempos pasados con una copa en la mano, y también planear excursiones sin destino fijo por el entramado de las calles de la ciudad vieja. Allí, muy cerca, se suceden palacios, iglesias y mezquitas; y también importantes enclaves como Gálata o Üskïdar.
El Kemer Golf and Country Club es, sin duda, el campo más impresionante y hermoso de toda la ciudad. Al estar situado en una hermosa zona arbolada y diseñado por Joan Dudok Van Heel de acuerdo con las pautas dictadas por la USGA. Con la intención de acercar el golf al gran público el Kemer cuenta con recorridos aptos para diferentes niveles y cuida mucho las relaciones entre los golfistas. Por último, el Klassis Golf and Country Club es un inmenso campo reconocido por la PGA Europea, y su club además, está incluido en IAGTO (la Asociación Internacional de Turoperadores de Golf).
Un exclusivo lugar que ofrece todas las comodidades y cuenta con campos ideales para el disfrute de profesionales; para mujeres y para hombres, y también para principiantes. Magníficos hoteles como el Kempinski, donde el viajero puede desayunar observando increíbles amaneceres sobre el Bósforo; o inmensos restaurantes de moda donde, después de cenar, se puede tomar una copa al ritmo de los últimos éxitos musicales. Tiendas de lujo, terrazas cubiertas de coloridos toldos… La permanente mezcla de los aromas orientales de esencias de flores, aceites perfumados, especias que despiertan tanto la curiosidad como el apetito y el omnipresente olor del jazmín, que se intensifica con la caída de la tarde, agasajan nuestro olfato. Mientras, el oído se sorprende con la algarabía de sus calles y mercados, que deja adivinar desgarradores y hermosos acordes de instrumentos como el cumbus o el oud, muy similares al laúd, sólo se transforma en un murmullo de recogimiento cuando se produce la llamada a la oración desde los minaretes.
El reclamo de los comerciantes y la belleza de los puestos del Gran Bazar –de visita obligada- invitan a tocar las sedas, chilabas, babuchas, colgantes… a palpar las texturas de los kilims, de las maderas talladas convertidas en cajas o en hermosos tableros de ajedrez… A desear hundir la mano en esos sacos de aromáticas y suaves especias. Pocos lugares resultan tan fascinantes como esta ciudad mercantil construida dentro de la propia capital, donde es imprescindible entrar sin prisa y con mucha paciencia. El rito del regateo con los comerciantes se vuelve abrumador por la inmensa oferta que se despliega ante el viajero. Es preciso respirar hondo y dejarse llevar. En seguida descubrirán que lo que parece un laberinto es en realidad un plano de rectángulos regulares, organizados por gremios.
Este caleidoscopio de tiendas donde se llevan a cabo auténticos “ritos comerciales” con sabor a té, forma parte de una “pasión turca” a la que es imposible resistirse. Capadocia: Inusual y misteriosa geografía Desde Estambul una espectacular ruta a través de bosques breves, lagos salados y trigales, nos llevará a los valles inquietantes de Capadocia: el antiguo país del este de Asia Menor que se extendía desde el Mar Negro hasta los Montes Tuarus. Su inusual geografía de conos de estratos de toba volcánica que, desde la antigüedad hasta la Edad Media fueron excavadas para crear recintos sagrados y domésticos, ofrece una sorprendente imagen de chimeneas, pináculos coronados por rocas en constante y frágil equilibrio, laberínticas ciudades subterráneas y fortalezas inexpugnables.
Una visión casi onírica que contribuyó a que creciera su popularidad como lugar de retiro y de residencia monástica. A pesar del considerable aumento de turismo en la zona, Capadocia sigue sobrecogiendo por su misterio, y cada día regala, a quienes deciden observar su irregular contorno durante las horas vespertinas, algunas de las imágenes más sorprendentes y hermosas de todo el viaje.
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