Rory McIlroy afronta el DP World Tour Championship con la posibilidad de escribir una nueva página en la historia del golf europeo. El vigente campeón del Masters llega a Dubái con una ventaja de 767 puntos sobre su perseguidor más cercano, Marco Penge, en la clasificación de la Race to Dubái, y está en posición de conquistar el Trofeo Harry Vardon por séptima vez. De lograrlo, superaría el registro de seis títulos de Seve Ballesteros y quedaría a solo uno del récord absoluto de ocho que ostenta Colin Montgomerie.
El norirlandés, número dos del mundo, es consciente de que la victoria no está asegurada, ya que el ganador del último evento de la Rolex Series en Jumeirah Golf Estates recibirá 2.000 puntos, lo que podría alterar la clasificación. Sin embargo, McIlroy confía en que su buen rendimiento en los torneos más importantes le permita alcanzar este objetivo. “Pasar de seis a siete títulos, superar a Seve y acercarme a Monty sería increíble”, declaró, aunque insistió en que su prioridad es mantener un nivel de juego sólido y dejar que los resultados lleguen como consecuencia.
McIlroy amplió su ventaja sobre Penge en el Campeonato HSBC de Abu Dhabi, donde firmó una brillante ronda final de 62 golpes con un águila y ocho birdies, que le permitió terminar empatado en el tercer lugar. Ese desempeño le dio confianza para afrontar un torneo que ya ha ganado en tres ocasiones, incluida la edición del año pasado. “El domingo fue un gran día, jugué muy bien y logré aumentar mi ventaja. Ahora espero continuar con ese nivel desde el jueves”, comentó.
El DP World Tour ha querido reconocer la trayectoria del norirlandés con la creación del Premio Rory McIlroy, un galardón anual que se otorgará al jugador con mejor desempeño en los cuatro Majors de la temporada. McIlroy se convierte así en la quinta figura con un trofeo que lleva su nombre, junto a leyendas como Harry Vardon, Sir Henry Cotton, Seve Ballesteros y John Jacobs. “Es un honor increíble estar en esa lista”, afirmó.
Con la posibilidad de sumar un nuevo título y consolidar su legado, McIlroy afronta la semana en Dubái con la motivación de seguir ampliando su palmarés y acercarse aún más a los grandes nombres de la historia del golf europeo. Su desempeño en este torneo no solo puede darle un nuevo Trofeo Harry Vardon, sino también reforzar su estatus como uno de los mejores jugadores de su generación.