Patrick Reed tiene una carrera prolífica en títulos y éxitos, más de una decena de triunfos copan sus vitrinas. Campeón de Major, ganador de Ryder y campeón donde los haya, pero hay una estadística que se le atraganta al jugador de 35 años. De hecho, Patrick Reed ha ganado en América, Patrick Reed ha ganado en Asia, Patrick Reed ha ganado en Oceanía, pero Patrick Reed nunca ha ganado en suelo europeo. Es curioso, pero es así, el norteamericano no sabe lo que es ganar en el Viejo Continente.
Es un dato destacable porque la realidad es que el campeón en Augusta en 2018 ha jugado en nuestro continente en numerosas ocasiones, no es el caso del típico jugador norteamericano que no ha salido de su patria. Todo lo contrario, es un jugador que año tras año ha decidido cruzar el charco para jugar en tierras europeas, pero se le atraganta el triunfo. Sin duda, Wentworth ha sido su recorrido europeo fetiche con un tercer puesto, otro cuarto puesto y una quinta plaza, pero le falta el último paso, el más difícil.
¿Qué mejor escenario que Madrid para darle la vuelta a esta maldición? Patrick se ha puesto manos a la obra y el Open de España presented by Madrid puede ser su primera gran oportunidad. ¿Será el Club de Campo el nuevo jardín que alumbre la carrera del experimentado golfista? Siete bajo par tras las dos primeras jornadas son sin duda un gran botín de cara a un fin de semana que se antoja espectacular. Es segundo a un golpe de la cabeza tras el turno de mañana de viernes.
Todo sea dicho la semana no empezó de la mejor manera para Reed. Sus palos se quedaron en Escocia y durante dos días no pudo entrenar con su material habitual, llegaron justo a tiempo para su arranque el jueves. Este contratiempo parece no haberle afectado. ¿El motivo? Patrick siente que esta semana se encuentra muy cerca de Estados Unidos, «toda la organización te hace sentir como si estuviera en mi casa», ha afirmado este viernes. Quien sabe, ¿podrá ser esa la clave para verle triunfar por primera vez en su carrera en Europa? El Club de Campo dictará sentencia.
Y tras sus dos vueltas terminadas el estadounidense firmaba dos tarjetas de 68 y 67 golpes para meterse en el Top-10, empezar a soñar con esa primera victoria europea y ofrecer a los aficionados al golf español una actuación memorable.
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