Xander Schauffele nunca tendrá el carisma de Arnold Palmer, no será el jugador más popular, ni el más divertido de seguir, de hecho esta lejos de ser un jugador expresivo, pero lo que si es desde hoy el golfista de San Diego es un justo ganador de major.
Schauffele ganó de principio a fin el PGA Championship, se colocó como líder el primer día y nunca más soltó su presa. Por si quedaba alguna duda, ganó con 65 golpes la última jornada, derrotando al field más completo del año y batiendo récords; de hecho nadie en la historia ganó jamás un major con un resulatdo de -21 o mejor. No es de extrañar que el golfista que ha establecido el récord sea Schauffele, el único que acumula ya dos tarjetas de 62 golpes en majors de las cuatro que se han hecho en torneos del grand slam.
Tuvo el norteamericano que estrena su palmarés en grandes que sufrir, ganó con birdie en el 18 embocando con suspense un putt de birdie de unos dos metros. En el campo de prácticas esperaba Bryson DeChambeau, jugador del LIV Golf que hoy firmó un soberbio resultado de 64 golpes, la ronda más baja del día, que sin embargo no fue suficiente para disputar un desempate. El noruego Viktor Hovland fue tercero con -18.
Los tres nombres fueron prácticamente protagonistas y candidantos estelares al triunfo tras la caída de otros jugadores como Sahit Theegala, Shane Lowry o Colin Morikawa, la vuelta supersónica nunca llegó por delante de manos de Scottie Scheffler número uno o Rory McIIroy en el segundo mejor jugador del mundo, meritorio fueron los 65 golpes de Scheffler que simplemente le sirvieron para asegurar un puesto entre los 10 mejores. De este PGA se lleva ese honor y el más dudoso de tener ya su foto en una ficha policial.
Fue extraño asistir a un desenlace de major sin estar buscando en el 'live scoring' de turno las evoluciones de Jon Rahm. Ninguno de los tres españoles logró pasar el corte, toca lamerse las heridas y preparar bien el US Open, tercer major del año, que está a la vuelta de la esquina.