No han sido un buen comienzo de algunos nombres de los que se esperaba algo más para empezar. El número uno del mundo, Justin Rose, no ha mostrado ninguna buena sintonía y ha comenzado con una tarjeta de 75 golpes.
Una primera vuelta de cuatro bogeys en el 5, 7, 8 y 9, el inglés comenzaba la segunda vuelta con +4 en un inicio pobre y sin dar señales de recuperación. La cosa no mejoraba y luchaba por aguantar los pares y pudo hacer algún birdie pero no entraban. No fue hasta el hoyo 15 cuando llegó el primer birdie, y entró en una pequeña pelea con bogey en el 16 y otro birdie en el 17. El par en el 18 le deja con +3
Mientras, Jordan Spieth, ganador en 2015 en Augusta, ha confirmado que no está fino. Su resultado en esta primera jornada ha sido también muy discreto con bogey-birdie-bogey que le ponía delante de un día de batalla. El doble bogey del 6 y el bogey del 9 añadían leña al fuego ya con +4. Y en el 16 logró el primer birdie después de seis pares. Par de nuevo en el 17 y 18 hacen un total de +3.
Tampoco Paul Casey, ganador en el Valspar Championship hace tres semanas, ha comenzado disperso con tres bogeys en los cuatro primeras hoyos, y después un doble bogey en el hoyo 5 para situarse con un total de +5. Con seis pares consecutivos parecía haberse centrado, pero un bogey en el 12 le dejaba con +6. En el 15 una corbata evitando el birdie rematò la faena porque otro bogey en el 17 le dejó con +7 y en el 18 culminó con un doble bogey para despedirse con +9.
Tres de los nombres de los que se esperaba más en este inicio del primer Major de la temporada.