La magia de la Navidad vuelve a desplegarse en el Centro Nacional de Golf con una de sus tradiciones más entrañables: el 7º Concurso de Dibujo Infantil, una cita que cada año invita a los más pequeños a imaginar, crear y compartir su pasión por el golf en clave navideña. Bajo el lema “¡Diseña el hoyo de Navidad de tus sueños!”, el certamen se convierte en un espacio de fantasía donde el deporte y la ilusión se dan la mano.
Niños y niñas de entre 5 y 12 años tienen la oportunidad de dejar volar su imaginación y plasmar en papel el campo de golf más fantástico que puedan concebir para Papá Noel y sus elfos. La propuesta es tan original como divertida: obstáculos de caramelo y turrón, búnkers de nieve o purpurina, greens en forma de estrella o regalo, elfos como caddies y decoraciones mágicas que flotan entre copos de nieve.

El concurso, que se ha consolidado como una actividad imprescindible en el calendario navideño del club, no solo fomenta la creatividad, sino que refuerza el vínculo emocional de los más jóvenes con el golf. En cada trazo, en cada color, se refleja el entusiasmo con el que viven estas fechas y el cariño que sienten por su deporte favorito.
La participación es sencilla: basta con realizar un dibujo inspirado en el hoyo navideño soñado y enviarlo por correo electrónico o depositarlo en el buzón navideño del club antes del domingo 11 de enero. Además del premio para el ganador, se realizará un sorteo de regalos entre todos los participantes, lo que añade aún más emoción a esta iniciativa.
En un tiempo en el que la tecnología suele acaparar la atención de los más pequeños, este concurso recupera el valor de lo manual, lo artístico y lo simbólico. Cada dibujo es una ventana al mundo interior de los niños, donde el golf se transforma en un juego de luces, colores y personajes mágicos.
El Centro Nacional de Golf vuelve así a convertirse en un escenario de ilusión, donde la Navidad se celebra con palos, bolas y mucha imaginación. Porque cuando se mezcla el espíritu navideño con la pasión por el golf, el resultado es siempre un hoyo inolvidable. Y este año, más que nunca, serán los niños quienes lo diseñen con el corazón.