El Link Hong Kong Open 2025 quedará grabado como el torneo que consagró a Tom McKibbin en la élite del golf internacional. El joven norirlandés de 22 años, formado en el mismo club que Rory McIlroy, firmó una actuación impecable de principio a fin para adjudicarse su primer título profesional en el Asian Tour. Su triunfo no solo le otorga prestigio inmediato, sino que además le abre las puertas de dos de los escenarios más codiciados del golf mundial: el Masters de Augusta y The Open Championship, plazas reservadas para el vencedor de esta cita asiática gracias al acuerdo entre el R&A y Augusta National, como ya sucediera en el pasado Open de España.
McKibbin cimentó su victoria desde la primera jornada, cuando con una vuelta de 60 golpes estableció un nuevo récord del recorrido en el Hong Kong Golf Club. A partir de ahí, desplegó un golf sólido, sin apenas errores, combinando potencia desde el tee con una precisión quirúrgica en los hierros y un putt que respondió en los momentos clave. Su regularidad fue tal que nunca cedió el liderato, manteniendo siempre una ventaja de seguridad sobre sus perseguidores. En la última jornada, lejos de acusar la presión, volvió a mostrar madurez competitiva, controlando el ritmo del torneo y cerrando con autoridad una victoria que parecía escrita desde el primer día y cerrando su vuelta con un espectacular siete bajo par para llevarse la victoria y acabar con -27.
El top ten del torneo reflejó la diversidad y el nivel del Asian Tour, con jugadores de distintas procedencias luchando por acercarse al dominio de McKibbin. Tras él, en segunda posición, se situó el tailandés Jazz Janewattananond, que con su habitual estilo agresivo logró mantener la presión hasta el final, aunque sin opciones reales de arrebatarle el título. El estadounidense Peter Uihlein con -20. Tras ellos empatados con -19 tres jugadores: el japonés Tomoyo Ikemura, el sudafricano Louis Oosthuizen y el estadounidense M.J. Maguire. Un escalón más abajo finalizaron empatados con -18 el chino Ding Wenyi y los australianos Matt Jones y Scott Hend. Cerrando el Top-10 de la clasificación terminaron el tailandés Pavit Tangkamolprasert, el belga Thomas Pieters y el estadounidense Charles Howell III que, sin embargo, quedaron eclipsadas por la superioridad del campeón.
En cuanto a la representación española, los tres jugadores presentes en el torneo lograron pasar el corte y finalizar entre los cincuenta primeros, un balance positivo aunque sin opciones de pelear por los puestos de honor. David Puig y Josele Ballester, terminaron empatados en la décimo cuarta plaza tras una actuación sólida, con vueltas regulares que le permitieron mantenerse en la parte media-alta de la tabla. Puig mostró destellos de su calidad, especialmente en la segunda jornada, pero le faltó continuidad para acercarse a los líderes. Por su parte, Eugenio López-Chacarra finalizó en el puesto 41º, con un rendimiento aceptable que confirma su calidad y lo bien que se le ha dado siempre el Asian Tour, aunque esta vez no pudo estar en los puestos altos de la tabla a pesar de terminar con diez bajo par.
El triunfo de McKibbin tiene además un valor simbólico dentro del contexto actual del golf internacional. Integrante del equipo Legión XIII de Jon Rahm en el LIV Golf, su victoria en Hong Kong refuerza la presencia de jugadores vinculados a este circuito en torneos de prestigio del Asian Tour. Más allá de las polémicas que rodean al calendario global, lo cierto es que McKibbin ha demostrado que su talento trasciende cualquier debate, y que su futuro inmediato pasa por competir en los grandes escenarios del golf mundial. Su clasificación para Augusta y para The Open no solo le permitirá medirse con la élite, sino que también lo coloca en el escaparate global como una de las jóvenes promesas llamadas a marcar una época.

El Link Hong Kong Open, disputado en un campo histórico y con una nómina de participantes de primer nivel, ha servido para confirmar que el golf asiático sigue siendo un escenario de oportunidades para jugadores emergentes. La victoria de McKibbin, con su dominio absoluto desde la primera jornada hasta el último putt, es la mejor prueba de que el talento joven puede irrumpir con fuerza y cambiar el guion previsto. Para los españoles, el balance es correcto, con los tres representantes cumpliendo con nota, aunque sin brillar. Para el norirlandés, en cambio, este torneo supone un antes y un después: la primera victoria profesional, la entrada en los majors y la confirmación de que su nombre debe ser tenido en cuenta en el futuro inmediato del golf mundial.
En definitiva, el Link Hong Kong Open será recordado como el escenario donde Tom McKibbin dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad. Su triunfo, incontestable y brillante, marca el inicio de una carrera que promete emociones fuertes en los próximos años, con Augusta y Royal Birkdale como próximos destinos de un jugador que ya ha demostrado que sabe ganar y que no teme a la presión de los grandes escenarios.
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