Ángel Hidalgo vivió en The K Club una jornada que no solo lo catapultó a los primeros puestos del Amgen Irish Open, sino que lo inscribió en los libros de historia del DP World Tour. Su ronda de 63 golpes, adornada con doce birdies —siete de ellos consecutivos en los primeros nueve hoyos—, igualó un récord que solo ocho jugadores antes que él habían alcanzado. Pero más allá de los números, lo que realmente capturó la atención del mundo del golf fueron sus palabras: sinceras, espontáneas y cargadas de emoción.
“Bueno, no puedo”, respondió Hidalgo cuando se le pidió que describiera su ronda. “Por unos momentos me sentí como si estuviera jugando en la PlayStation, para ser honesto. Cada tiro fue directo al pin”. Esa frase, dicha con una mezcla de incredulidad y alegría, encapsula lo que fue su día: una experiencia casi surrealista en la que todo parecía fluir con una naturalidad inusitada.
Desde el primer birdie en el hoyo 2, Hidalgo entró en una especie de trance competitivo. “Desde el tiro del hoyo tres —pegué un tiro perfecto— me sentía en control del swing. Me sentía suave”, explicó. Ese golpe, que dejó la bola a apenas 18 pulgadas del hoyo en un par tres, fue el inicio de una racha que lo llevó a encadenar siete birdies consecutivos. "Le dije a mi caddie: ‘Bueno, es el momento de lanzar la moneda y ver si podemos jugar muy bajo".
La confianza que irradiaba Hidalgo no era arrogancia, sino una conexión profunda con su juego. “Cada vez que me colocaba sobre la bola, sentía que sabía lo que iba a pasar. No es algo que se pueda entrenar, simplemente ocurre. Hoy fue uno de esos días”. Su putt de 43 pies en el hoyo 5 fue otro momento clave: “Cuando vi que la bola empezaba a girar hacia la izquierda, supe que tenía línea. Y cuando cayó, pensé: ‘Vale, esto va en serio’”.
El bogey en el hoyo 9, que interrumpió su racha, no lo desanimó. “Sabía que estaba jugando bien. Un error no iba a cambiar eso. Me dije: ‘Vamos a seguir haciendo lo que estamos haciendo’. Y funcionó”. Retomó el ritmo con birdies en el 10 y el 11, demostrando que su confianza no era pasajera. “En el 10 pegué un hierro perfecto desde el tee, y en el 11 el approach fue justo como lo había visualizado. Cuando el golf se siente así, es como si el campo te hablara”.
El hoyo 14 lo colocó en primer lugar por su cuenta, y el 15 amplió su ventaja. “En ese momento, empecé a pensar en el récord. No quería obsesionarme, pero sabía que estaba cerca. Mi caddie me dijo: ‘Vamos hoyo a hoyo, no pienses en el número’. Y tenía razón”. Sin embargo, el 16 le presentó el único obstáculo serio del día. Su aproximación se deslizó al agua, y el doble bogey fue inevitable. “Fue un error de cálculo. Pensé que tenía más viento a favor. Pero incluso ahí, me mantuve tranquilo. Sabía que aún podía terminar fuerte”.
Y así lo hizo. En el 17 embocó un excelente par salvador, y en el 18 encontró el green en dos golpes en el último par cinco. “Sabía que tenía una oportunidad de cerrar con birdie. El primer putt fue agresivo, pero controlado. El segundo, simplemente lo empujé con confianza. Cuando cayó, sentí una mezcla de alivio y orgullo”.
Al terminar, Hidalgo se convirtió en el segundo jugador en hacer 12 birdies en una ronda del DP World Tour en The K Club, después de Darren Clarke en 1999. “Estar en esa lista con nombres como Clarke, Els, Couples… es increíble. Son jugadores que admiré desde niño. No sé si merezco estar ahí, pero hoy jugué como ellos”.
Más allá de los récords, Hidalgo reflexionó sobre lo que significa una ronda como esta en su carrera. “He trabajado mucho para llegar aquí. El Acciona Open de España fue un punto de inflexión, pero esto… esto es diferente. Aquí estás fuera de casa, en un campo exigente, con condiciones cambiantes. Y aún así, logras algo que pocos han hecho. Es difícil de procesar”.
También habló de su preparación mental. “Esta semana me enfoqué en disfrutar el proceso. No pensar en el resultado, sino en cada golpe, cada decisión. Hoy fue la recompensa a esa mentalidad. No me presioné, no me obsesioné. Solo jugué”.
Sobre el ambiente en The K Club, Hidalgo fue enfático: “El público fue increíble. Desde el primer tee sentí el apoyo. Incluso cuando cometí el error en el 16, escuché aplausos y palabras de ánimo. Eso te da energía. Te recuerda que esto es más que un deporte, es una conexión con la gente”.
Al preguntarle por sus expectativas para la ronda final, Hidalgo mantuvo los pies en la tierra. “Adrien [Saddier] está jugando muy bien. Tiene el liderato y ha sido consistente. Pero esto no ha terminado. Quedan 18 hoyos y todo puede pasar. Yo solo quiero seguir con esta actitud, seguir disfrutando. Si el resultado llega, bien. Si no, me llevo esta ronda para siempre”.
Finalmente, Hidalgo compartió una reflexión personal que resonó con todos los que lo escuchaban: “El golf es un deporte de paciencia, de resiliencia. Hay días en los que todo sale mal, y otros como hoy, en los que parece que el universo conspira a tu favor. Lo importante es estar preparado para ambos. Hoy fue mágico, pero mañana será otra historia. Y estoy listo para escribirla”.