Rory McIlroy se presentó ante la prensa con una mezcla de alivio, orgullo y emoción contenida tras conseguir su ansiada Chaqueta Verde en el Masters de Augusta 2025. Una victoria que no solo pone fin a una larga espera, sino que también completa el Grand Slam de su carrera, convirtiéndolo en el sexto golfista en la historia en lograrlo. En la sala de prensa del Augusta National, McIlroy habló con franqueza sobre lo que significa este triunfo y cómo vivió una semana que, según él mismo reconoció, “le cambió la vida”.
“Este era el que me faltaba, y por fin lo conseguí”, fueron sus primeras palabras, con una sonrisa que delataba la emoción que intentaba controlar. “Durante años escuché la misma pregunta: ‘¿Cuándo vas a ganar el Masters?’… y ahora puedo decir que ya está. Lo logré. Y lo hice a mi manera, jugando el tipo de golf que siempre soñé jugar en este lugar”.
"Me costó 10 años llegar desde que gané el último, pero valió cada segundo de espera."
El norirlandés, que había estado cerca en múltiples ocasiones anteriores -especialmente en 2011, cuando lideraba tras tres rondas y terminó desmonándose en la última-confesó que esta victoria es la más importante de su carrera. “He ganado majors antes, pero esto es diferente. Esto es historia. Me costó 10 años llegar desde que gané el último, pero valió cada segundo de espera”.
Sobre su rendimiento durante la semana, McIlroy destacó su paciencia y madurez como claves del triunfo. “En el pasado, tal vez trataba de forzar demasiado, de buscar golpes espectaculares. Esta vez me concentré en mantenerme firme, en tomar buenas decisiones, y confiar en mi preparación. Esa fue la gran diferencia”.
Uno de los momentos más emotivos de la rueda de prensa fue cuando habló de su familia, visiblemente emocionado. “Mi esposa y mi hija estaban aquí esta semana. Verlas en el green del 18 cuando todo terminó… no puedo describirlo con palabras. Todo lo que he hecho, todos los sacrificios, todo lo que hemos pasado juntos, culminaron en ese abrazo. Eso es lo que realmente importa”.
Al ser preguntado sobre el legado que deja esta victoria, Rory fue humilde, pero consciente de su lugar en la historia. “No juego por los récords, pero sí quiero dejar huella. Sé lo que representa este torneo en la historia del golf. Ser parte de esa historia, junto a nombres como Nicklaus, Tiger, Hogan… es simplemente surrealista”.
"Hubo años en los que pensé que no lo lograría… pero nunca perdí del todo la fe."
McIlroy también dedicó un momento a reflexionar sobre los altibajos que ha vivido desde su último major, en 2014. “Hubo años en los que pensé que no lo lograría. Me cuestioné muchas cosas. Cambié de entrenador, ajusté mi swing, mi rutina mental… pero nunca perdí del todo la fe. Y esta semana todo encajó”.
Al referirse a sus competidores, McIlroy fue generoso y elogió el nivel del torneo. “Lo que hizo Scottie (Scheffler) el sábado fue impresionante. Estuve muy atento a cada golpe, porque sabía que tenía que estar al 100% para tener una oportunidad. Y lo de Ludvig Aberg… qué talento, qué futuro tiene ese chico. Ganar aquí, con jugadores así peleando, hace que todo se sienta aún más especial”.
“Ver a mi esposa y a mi hija en el green del 18… no puedo describirlo con palabras. Todo culminó en ese abrazo.”
Finalmente, envió un mensaje a quienes lo han apoyado durante los años. “A todos los que creyeron en mí, incluso cuando yo dudaba, gracias. Esta victoria también es suya. Y para los que se están iniciando en este deporte: nunca dejen de luchar. A veces el camino es largo, pero los sueños se cumplen”.
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