Me escandaliza escuchar a Rory McIlroy diciendo con todo su rostro que no sabe cuál es "la solución para el juego lento". ¿Nos han tomado por imbéciles? Ante la pregunta en cuestión, otros reconocidos golfistas escarban o miran para otro lado; que si fields reducidos, que si el reloj, que si los medidores de distancia para agilizar los cálculos. De pronto, tras casi 20 años de narrar y comentar rondas de golf por encima de las cinco horas en el PGA Tour, parece que las alarmas han sonado. No sé si es la consecuencia de la caída de audiencias o si alguien en Ponte Vedra Beach ha abierto definitivamente los ojos, sea lo que fuere, bienvenido, porque la situación resulta insostenible.
Lo que sigo sin entender es por qué tantas vueltas al asunto, la solución es bastante sencilla y quiero aprovechar estas líneas, totalmente desinteresadas, para aportar un poco de luz a quien lo quiera leer. Lo primero es aplicar el reglamento, ni más ni menos. Para mí, un jugador que tarda más de 40 segundos en pegar a la bola me parece igual o más tramposo que el que da una patada a su bola para sacarla de un arbusto. Los dos deberían estar descalificados. El primer problema es que en Estados Unidos está normalizado que nadie cumpla el reglamento. Llevan años haciendo la vista gorda, llevan años consintiendo a sus estrellas. Ahora hago la "plomada" para ver la caída del putt, luego le vemos alineando la línea que tiene dibujada en su bola con el hoyo, más tarde llegó el AimPoint, algunos lo hacen todo junto. Las rutinas para meter la bola en el hoyo llegan a ser desesperantes, pero por más que inventen fórmulas para lograr mayor efectividad en los greenes, los profesionales siguen embocando el mismo porcentaje de putts que hace 25 años.
"Para mí, un jugador que tarda más de 40 segundos en pegar a la bola me parece igual o más tramposo que el que da una patada a su bola para sacarla de un arbusto".
Señores del PGA Tour, yo iría mucho más allá, pensando en el futuro de nuestro deporte y en las nuevas generaciones. ¿Cuarenta segundos para preparar un golpe? Yo no pasaría de 15. ¿Por qué los profesionales necesitan un mínimo de 40 segundos (que jamás cumplen) para dar cada golpe? Llegar, medir y pegar: 15 segundos máximo desde que llegan a su bola. Ya se buscarían la vida para que el caddie tenga hechas las cuentas, o autorizar los medidores de distancia para chequear, con solo pulsar un botón, la distancia que queda hasta la bandera, o hasta jugar más por intuición. Creo que los mejores profesionales del mundo podrían sobrevivir sin saber siete referencias distintas de distancia en cada golpe. Lo que es más importante, estoy dispuesto a apostar con quien lo dude que no harían más golpes de los que hacen empleando dos minutos de preparación en el golpe, con sumas y restas, ángulos, caídas, vientos... ¿Sería otro golf? Probablemente, y mucho más divertido. ¿Sería más estresante para el profesional y su caddie? Probablemente, y mucho más divertido. E insisto una vez más: pondría una mano en el fuego porque no se harían más golpes.
"Llegar, medir y pegar: 15 segundos máximo desde que llegan a su bola. Ya se buscarían la vida para que el caddie tenga hechas las cuentas, o autorizar los medidores de distancia para chequear, con solo pulsar un botón, la distancia que queda hasta la bandera, o hasta jugar más por intuición"
Muchos puristas se estarán llevando las manos a la cabeza al leer estas líneas. No se trata de emular al speedgolf, se trata de cuidar la salud de nuestro deporte y adaptarlo a una nueva realidad sin cambiar su esencia. La siguiente duda que puede surgir tiene que ver con la logística. No parece muy complicado tener un árbitro en cada grupo (en algunos torneos ya lo hay), que vaya controlando los tiempos con advertencias. Al primer incumplimiento, penalidad; al segundo, penalidad más generosa; y al tercero, a la calle, como pasa en atletismo con los marchadores que deciden ir al límite. ¿Generaría polémica? Mucho más divertido. Aquí dejo mi humilde sugerencia que nos devolvería el sentido común a rondas de golf de los mejores jugadores del mundo de menos de cuatro horas.