Este final de año parece que va a ser muy movido para el golf internacional y español. Por un lado LIV, PGA y DP World Tour nos invitan a pensar que el acuerdo entre los dos grandes circuitos mundiales y el PIF está más cerca que nunca después de dos años de duras negociaciones y por otro, la Ryder Cup de 2031 -que se jugaría tras su paso por Roma en 2023, en BethPage Black el año que viene en New York, Adare Manor en 2027, en Irlanda, y Hazeltine, en Minessota, en 2029- en España, en Caldes de Malavella, en Girona, para disputarse en el Camiral Golf & Werllnes.
La primera y única vez que la Ryder Cup se jugó en España fue en 1997, en el Real Club Valderrama. La victoria en aquella edición fue para el equipo del Viejo Continente con Severiano Ballesteros a la cabeza, en un torneo donde la lluvia y el mal tiempo fueron los principales protagonistas en una edición en la que tomó parte como jugador el gran Tiger Woods.
Ahora, 27 años después, España podría confirmar -en teoría antes de que finalice el año- que la Ryder Cup -sin duda la mejor competición de golf del mundo- volvería a nuestro país en 2031, en tierras catalanas, en Girona, 34 años después de su primera llegada a tierras de la Costa del Sol.
Y para que todo ello suceda se sigue trabajando a destajo desde todos los organismos implicados en la decisión final. Desde el DP World Tour con Guy Kinnings a su cabeza, pasando por el gobierno español con la ministra Pilar Alegría, la Generalitat Catalana presidida por Salvador Illa -aunque ya ERC en la legislatura anterior estaba a favor del proyecto- el Consejero d´Esports de la Generalitat, Bernie Álvarez, la Federación Catalana de Golf que preside Ramón Nogué, la Real Federación Española de Golf con Gonzaga Escauriza, que termina mandato a finales de este año, con el Consejo Superior de Deportes que ya ha bendecido la posible celebración del torneo en nuestro país, y la que sería la sede del torneo, el Camiral Golf &Wellnes, en la localidad gerundense de Caldes de Malavella.
Un complejo que cuenta con dos campos de golf de 18 hoyos, el Stadium Course y el Tour Course al que originalmente se iba a añadir uno más para poder ofrecer un campo de última generación a la candidatura. Una idea que, finalmente, se descartó por los costes de la nueva construcción, por los problemas de sequía en Cataluña durante los últimos años y por la obligatoriedad de tener que talar muchos árboles para construir el nuevo campo.
Por esa razón la nueva candidatura decidió, debido a las exigencias de la organización y a la enorme cantidad de espacio que una Ryder Cup demanda, crear un nuevo recorrido que utilice hoyos de los dos campos para conformar lo que será el recorrido Ryder 2031 donde deberá haber espacio para una grada para 20.000 espectadores en el tee del 1 –en Roma solo tenía 8.000 plazas- y nueve carpas gigantes.
Económicamente la operación es fantástica para el golf catalán y español. Se habla de un retorno de algo más de 1.100 millones de euros, 570 procedentes del retorno publicitario y televisivo y otros 590 millones que llegarían en los años siguientes generados directamente por el turismo de golf que llegaría a la zona.
Por eso es tan importante el apoyo del gobierno español y catalán, de la RFEG y la Federación Catalana de Golf que, con el gobierno, asegurarían al golf europeo una inversión de cerca de 40 millones de euros para traer a nuestro país los mejores torneos de Europa incluyendo algún torneo de las Rolex Series. El Consejo Superior de Deportes ya habría aprobado dos millones de euros más mientras que desde Camiral su propietario, Denis O´Brien, aportaría para mejora del complejo cerca de 25 millones de euros más.
Las reuniones no dejan de producirse en estas últimas semanas y la confirmación de que la Ryder Cup llegará a España por segunda vez parece que cada vez están más cerca, aunque aún quedan siete largos años para que el 2031 pueda acoger finalmente la segunda Ryder Cup en nuestro país.