McCarty, que hace esta semana su segunda aparición en el PGA TOUR desde su ascenso desde el Korn Ferry Tour, tras sus tres victorias este año, se lo está tomando todo con calma. Habiendo crecido en Scottsdale, Arizona, se siente cómodo jugando al golf en el desierto. Habiendo ganado tres veces en un lapso de seis salidas en el Korn Ferry Tour este año, sabe cómo cerrar una victoria y soñar con su primer triunfo en el PGA Tour. Ahora, con un puñado de jugadores mucho más experimentados pisándole los talones, intentará convertirse en el primer jugador desde Jason Gore en 2005 en ganar tres veces en el Korn Ferry Tour y luego en el PGA TOUR en la misma temporada.
Lo que podría parecer un tremendo vertido para McCarty, no ha sido sino un torneo en el que ha jugado muy bien, tranquilo y haciendo las cosas muy bien. McCarty se ha mantenido sereno y equilibrado pase lo que pase incluyendo un clima abrasador, el buen papel de varios veteranos (English tiene cuatro victorias y Streelman acaba de pasar su corte número 301) y la llegada de su padre que se despertó a las 3:30 de la mañana para tomar un avión de Phoenix a Las Vegas, conducir dos horas hasta el campo para ver a su hijo liderar el torne tras esta tercera jornada.
Ho el estadounidense terminó con -19 y dos golpes de ventaja sobre un grupo de cuatro jugadores compuesto por Joe Highsmith, Keevin Streelman, Harris English y el alemán Stephen Jeager, todos ellos con -17.
McCarty es, sin lugar a dudas, el jugador más en racha de los que están en el campo. Su racha fulminante en el Korn Ferry Tour, que culminó con su triunfo en el Albertsons Boise Open en agosto, le dio el primer ascenso con tres victorias en ese circuito desde Wesley Bryan en 2016. Al terminar en lo más alto de la clasificación de toda la temporada del Korn Ferry Tour, McCarty se aseguró no solo el estatus completo del PGA TOUR para el próximo año, sino también la participación en el THE PLAYERS Championship y el US Open en Oakmont.
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