Hay que levantarse y aplaudir el Master de Augusta que ha hecho José María Olazábal en donde viernes y domingo jugó a un nivel altísimo demostrando todo el golf que tiene en las manos y en donde el jueves y el sábado, sólo el poco acierto con el putt le privó de haber terminado más arriba en la clasificación después de un torneo que recordará siempre por la anécdota de haber pasado el corte estando ya en la cocina de su casa donde se enteró de la buena nueva tras haber terminado con bogey al 18 el viernes en un día auténticamente de perros.
Hoy Olazábal, en la cuarta y última ronda, salío a disfrutar al máximo como ha salido todos los días. Es verdad que el campo se le hace largo y complicado, pero el Capitán disfruta en cada golpe y sólo pedía el viernes tras su buena actuación que el juego siguiera así las próximas semanas. Jugando así puede hacer mucho mejor papel en el PGA Champions Tour donde no está brillando, quizá más por una cuestión mental que de juego. El juego lo tiene, el físico le respeta y aunque las distancias no son las de antes su calidad en las mnos está ahí para soñar con aluna victoria en el mejor circuito senior del mundo.
Olazábal entregó este domingo una tarjeta al par del campo con tres bogeys y tres birdies. En los nueve primeros hoyos hizo dos bogeys al 4 y al 7 que auguraban una dura jornada para él, pero en el 8 firmaba el primer birdie de la vuelta para acabar con +2 y con opciones de terminar hjoy bajo par, aunque como el mismo confesó tuvo un tirón muscular quele duró luego toda la vuelta. En la segunda parte de su recorrido Olazábal le dió la vuelta al marcador con dos excelentes birides al 10 y al 5 para cerrar con un bogey al 17, su último bogey en este Masters que le dejaban al par del campo hoy, con +9 en el total y una Matricula de Honor en sus recuerdos de Augusta.
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