Lo de José María Olazábal en Augusta este año ha sido para nota. El doble ganador de la Chaqueta Verde en 1994 y 1999 que anda celebrando aniversarios de sus victorias y disfrutando una vez más -esta es la trigésimo quinta vez que juega en Augusta- de un torneo que le apasiona y donde es respetado hasta la extenuación.
Ayer, en la primera jornada, no tuvo mucha suerte en los terribles greenes de este campo en donde Alister McKenzie sabía muy bien lo que hacía. Incluso Chema, seguramente, uno de los mejores pateadores de la historia del golf, sufría mucho para intentar un birdie que el jueves no llegó y que hizo que todo se complicara hasta terminar con +5 y con un riesgo notable para pasar el corte este viernes.
Su objetivo antes de comenzar era claro: disfrutar de todo lo que rodea el torneo y pasar el corte. La primera parte la ha cumplido con nota y la segunda pasaba por hacer hoy una buena vuelta y terminar entre los 50 primeros más empatados, algo nafa fácil en esta 88º edición del primer Major de la temporada.
En sus primeros nueve hoyos, el de Hondarribia empezaba con dos espectaculares birdies al 2 y al tres para colocarse con tres bajo par y ver cada vez más posible su sueño, pero un bogey en el hoyo 9 le dejaba con +4 en el marcador, dentro del corte, pero al borde del alambre.
En la segunda parte de su recorrido las cosas se fueron complicando poco a poco, sobre todo por que el viento no amainaba y el recorrido se ponía más complicado para todos. Tras los pares del 10 y del 11 Olazábal enterraba casi todas sus posibilidades de estar el fin de semana con un triple bogey en el 12. Después tres pares más para llegar al 16 y dar uno de los golpes del día dejando la bola a menos de dos metros de bandera y consiguiendo un birdie que le dejaba con seis sobre par y la obligatoriedad de firmar dos birdies más si quiería estar el fin de semana en Augusta.
La primera oportunidad la tuvo en el 17. Su bola, tras pasarse el green por detrás en el segundo golpe, rodó hacia el hoyo con el approach y pasó a unos milímetros por la derecha ante la desesperación del guipuzcoano que soñando con que el +5 le podía meter en el torneo sabía que necesitaba el birdie si o si en el último hoyo del campo.
Al final un bogey más y +6 que con los resultados del día le dieron la sorpresa de que con esa cifra si que se entraba para poder estar el fin de semana y poder disfrutar con los mejores del mundo de un fin de semana sin igual.