Seguramente no es casualidad, mejor dicho, no es casualidad en absoluto, y tenemos que felicitarnos porque los cuatro últimos torneos del circuito europeo tienen una dotación económica en premios tan elevada que atraen a las grandes figuras del golf mundial y, lo que es mejor, aunque no lo hicieran tampoco importaría.
Así lo ha demostrado el Turkish Airlines Open disputado este fin de semana pasado y que tuvo emoción hasta el penúltimo golpe del cuarto día. Los nueve últimos hoyos de la cuarta jornada fueron muy disputados por los tres jugadores que componían el partido estrella.
Jaco van Zyl, Kiradech Aphibarnrat y Victor Dubuisson compartieron esta última jornada en el grupo de los líderes y durante mucho tiempo pareció que el ganador y merecedor de la victoria iba a ser el sudafricano. Esa fue la tónica del día hasta que un par de hoyos muy bien jugados por el francés dieron la vuelta al resultado y Dubuisson se puso por delante.
La verdad es que los tres han acabado la última ronda más que bien, con menos cinco el sudafricano y el tailandés, y menos seis el francés, por lo que no puede decirse que haya sido una paliza de ninguno de ellos ni que se hayan rendido en ningún momento. En fin, lo mejor es que ha sido muy interesante, no había manera de separar la vista de la televisión y nadie puede quejarse del resultado.
Me ha resultado gracioso y hasta entrañable el tailandés, al que ya he visto fallar “putts” dados en más de una ocasión y que aquí lo ha hecho en el que iba a ser su último golpe y ha resultado ser el penúltimo y costarle ciento cincuenta mil euros. De haberlo metido, y no tenía medio metro, habría sido segundo empatado en lugar de tercero en solitario, y la diferencia de premio hubiera sido eso de ciento cincuenta mil euros, algo en lo que no ha pensado al sonreír muy deportivamente tras su fallo. Tiene que tener bien cubierto ese riñón tan redondito que exhibe para tomarse así de bien este caso.
Por último, quiero felicitar a Gary Player por sus ochenta años, felicitación que debe hacerse extensiva a todo el mundo del golf por tener un representante de tanta categoría deportiva y, sobre todo, personal. Felicidades, Gary, y que cumplas muchos más…