Ahora sí que llega el Fin de Año de verdad, el de calendario, y parece que es el momento de hacer un repaso a nuestro golf y proponerse mejoras para 2015.
Ya sé, lo sé cómo el que mejor lo sabe en el mundo entero, que proponerse golpear trescientos metros rectos como una vela, sacar de "bunker" y dejarla dada o no fallar ni un solo "putt" de menos de dos metros son mejoras tan evidentes como imposibles.
Quizás, no seguro, sería más fácil conseguir mejoras en nuestro comportamiento y en nuestro modo de enfrentar la adversidad, que es algo que todos podemos hacer. Ya, también sé que no es culpa tuya que los campos vayan despacio, que el ritmo de juego sea lento, porque es imposible encontrar a nadie que reconozca que juega despacio, pero alguien debe hacerlo o no habría los atascos que hay.
Como no vamos a poder observarnos unos a otros para apuntar con el dedo a quien vaya lento, lo mejor sería que cada uno sea sincero consigo mismo y compruebe que no se le escapan los que juegan delante y que no le arrollan los que vienen por detrás, y con eso y un poco de sinceridad será suficiente para saber si se juega al ritmo adecuado.
Lo mismo puede decirse de observar si los "greenes" tienen menos piques cuando los dejamos que cuando llegamos, si la arena del "bunker" está mejor rastrillada al salir de él que al entrar o si las chuletas van desapareciendo a nuestro paso.
En fin, que como casi siempre en cualquier actividad humana que no nos proporcione dinero, la mejor manera de hacer lo que se debe es hacer lo que se debe. En las otras, en las que nos pagan, los propios pagadores se encargarán de quejarse si algo va mal, pero curiosamente en esas actividades será menos necesario el control exterior.
Bien, por último, y como despedida hasta el año próximo, ahí va una bonita frase llena de razón: El golf es como el amor, si no te lo tomas en serio no es divertido y si te lo tomas en serio te partirá el corazón. Espero que no sea tu caso en 2015 y piensa, cuando hagas un "birdie" y acto seguido tres dobles "boggies", que solo estás restableciendo el equilibrio universal. Feliz Año, amigo golfista.