Últimamente las chicas nos están dando muchas alegrías en el golf, y recuerdo a bote pronto la victoria española en el International Crown con un equipo formado por Belén Mozo, Beatriz Recari, Carlota Ciganda y Azahara Muñoz.
Ni los potentes equipos
americano o coreano pudieron con ellas y nos brindaron un golf de gran altura.
Julie Inkster, que acompañaba como comentarista el partido de Carlota en los
individuales del último día dijo que nunca había visto un "match" tan
fantásticamente jugado como el de la navarra.
El domingo acabó el Lacoste Ladies Open de Francia, y en el último partido jugaban tres españolas,
María Hernández, dominadora de principio a fin del torneo, Carlota Ciganda y
Azahara Muñoz, que defendía el título ganado en la pasada edición 2013.
María
había ido ganando sin despeinarse, con un juego sólido como una roca y sacando
cuatro golpes a sus más inmediatas perseguidoras. Antes de llegar a la mitad
del recorrido las españolas fueron advertidas por los árbitros de que estaban
siendo cronometradas porque habían perdido dos hoyos respecto al partido que
las antecedía. No sé si sólo fue esto o se sumó la presión de ir líder y poder
ganar el torneo, pero el juego de María se descompuso y no hubo un solo "putt"
en que llegara al hoyo.
A unos "greenes" lentos para el estándar de un circuito
europeo se sumó, creo, la presión y la pérdida de confianza y la Hernández fue cediendo
su ventaja en la segunda vuelta cometiendo hasta tres "boggies". Así llegó a
empatar con ella Amy Boulden, la galesa, y en el hoyo diecisiete, Azahara
embocó un magnífico "putt" largo que además de empatarla con las dos líderes
dejó claro que la vigente campeona seguramente no quería dejar de serlo.
En el "tee"
del dieciocho Azahara derrochaba la confianza que le faltaba a María, y tanto
en el drive de salida como en el hierro a "green" Muñoz se impuso con claridad
y cuando llegó el momento de patear todos, incluyendo las dos interesadas,
creíamos que María no metería su "putt" de unos siete metros y Azahara sí lo
haría con el suyo, de la mitad de distancia. Así fue y la campeona repitió
título haciendo gala de una sangre fría que ya mostró en la Solheim y que le
dará, seguro, muchos más triunfos en el futuro. Felicidades a las dos y al golf
femenino español.