Park ha ganado su sexto título del año en un campo imposible
y domina todas las clasificaciones del golf femenino mundial menos de la
Solheim Cup, porque no participa en ella, claro.
Lo de ayer fue una demostración de su calidad
y de lo que todavía está por llegar. De los grandes nombres del golf femenino
mundial parece la más fuerte de todas ellas. Lorena Ochoa o antes Annika
Sorenstam parecían jugadoras más frágiles, aunque también con una enorme
calidad.
Park ha sabido, sobre todo en esta temporada de 2013, ser el
bastión de un golf coreano que ya domina ampliamente el golf femenino mundial.
Ni norteamericanas, británicas o españolas están a la altura del poderío de un
país que sigue sacando jóvenes jugadoras capaces de copar semana si y semana
también los primeros puestos de las clasificaciones de todos los torneos que se
juegan en la LPGA.
La pregunta ahora es saber si ese dominio seguirá por mucho
tiempo, si irá a más o si, sobre todo las norteamericanas, lograrán encontrar
un antídoto que evite ese brutal y machacón dominio.
Lo de Park es de otro planeta. Este año da la sensación que
podrá con todo y que tras el final de la temporada conseguirá por primera vez
algo que nadie ha logrado hasta ahora, el Grand Slam de cinco torneos que este
año debuta en el calendario internacional con el Evain Masters como Major.
Tiempo al tiempo pero ya hay quien habla de Park como la
nueva "Tiger Woods" del golf femenino. Capaz de ganar seis, siete, ocho o los
torneos que juegue, venciendo en los Majors y no dejando ni las migajas para
sus rivales. Park lo tiene todo para dominar el golf mundial durante muchos
años. Esto no ha hecho más que empezar.