Tiger se queda sin el décimo quinto

Con cuatro vueltas de 67, 67, 70 y 73 Tiger ha perdido una nueva oportunidad de poder optar a la victoria en un torneo del Grand Slam. Es cierto que durante los dos primeros días, con dos vueltas de 67 golpes, parecía tomar el camino correcto para conseguir lo que hubiera sido su cuarta victoria de la temporada, pero su juego, poco agresivo, y sin la espectacularidad de otras ocasiones no le permitió ir a más.

En este Open hemos visto a un Tiger rácano, pobre y sin ambición. Sus dos últimas vueltas tenían que haber sido dos recorrido de un jugador ambicioso, que hubiera querido ir a por todas desde el principio pero sus tarjetas del sábado y domingo denotan todo lo contrario. Con 70 y 73 golpes en el fin de semana no se gana un Open, aunque se juegue en un campo como Royal Lytham.

Ya le pasó hace un mes en el US Open, cuando después de dos buenas primeras vueltas falló estrepitosamente en la tercera y cuarta. Muchos diran que no se puede hablar de fracaso cuando terminas empatado en tercera posición en un Open Británico, pero con todas las espectativas que Woods había levantado y, sobre todo, la manera de jugar, da la sensación de que si cabe a lugar a dicha afirmación.