viernes 27 de abril de 2012, 00:00h
Esta semana ha empezado el Peugeot Tour de Golf y, aunque comenzamos la decimocuarta edición con más dificultades que nunca, estamos también con más ilusión que nunca, y muchas son las razones.
Las empresas e instituciones siguen creyendo en el proyecto y nos demuestran que nuestro esfuerzo merece la pena, y es cuando todo el trabajo te llena de satisfacción.
De repente, te detienes a ver la lista de jugadores que participan en algunos de los torneos más importantes a nivel mundial, y recuerdas cuando dieron sus primeros pasos en el Peugeot Tour, cuando te pedían invitaciones porque no tenían categoría para jugar otros circuitos, cuando les abriste las puertas y ahora vuelan solos y llevan muy a gala sus comienzos. Pero te llaman porque quieren seguir apoyando el torneo de su ciudad, y te piden jugarlo. Eso te sube la moral.
Y cuando de repente recibes una llamada de un chico que empieza, que es amateur, que en el futuro le gustaría ser profesional pero no lo tiene del todo claro, y que sabes que con levantar un dedo se le abrirían todas las puertas y sin embargo viene a llamar a la tuya con la mayor humildad para formar parte de esta gran familia.
Esto es lo que estoy viviendo estos días en el primer torneo de la decimocuarta temporada del Peugeot Tour, cuando miro el field y me encuentro a Pablo Larrazábal recién llegado de China, a Txomin Hospital, a Agustín Domingo y Jordi García del Moral, a Mikael Lundberg, a Javier Colomo que llega por los pelos al tee de salida porque viene de su periplo asiático, a la estrella del futuro portugués, y a Javier Ballesteros que ha venido a recordarnos a todos, por si a alguien se le había olvidado, que el espíritu de Seve sigue en el mundo del golf. Haga lo que haga, ya ha ganado mucho con sus formas y su buen hacer.
A la conclusión que llegas es que merece la pena seguir luchando e invirtiendo en un Peugeot Tour. Un circuito profesional para jóvenes vende y ¡hay que seguir luchando por otro año de exitos!