Tras su participación en el Masters su vuelta se puede catalogar como exitosa. No hubo incidentes, la prensa se comportó bien, hizo una rueda de prensa que estuvo interesante y en el aspecto deportivo su cuarto puesto puede decirse que estuvo bien, teniendo en cuenta que llevaba cinco meses sin competir.
Sin embargo, esa vuelta hay que medirla en su justo rasero. El público de Augusta estuvo muy respetuoso con Woods pero también sabían que si alguno se pasaba podría perder su lugar en un campo donde apenas se venden entradas de diario de jueves a domingo.
En cuanto a la prensa, Woods dio una rueda de prensa el lunes -algo inhabitual en Augusta- y salió airoso del envite, ¿pero qué pasará en Charlotte? La realidad va a ser distinta para Woods la próxima semana. Este será un torneo abierto, con mucha gente y la vuelta del número uno del mundo a un torneo regular del circuito con todo lo que ello conlleva. Más prensa de todo tipo, venta de entradas generalizadas y menos control, en general.
Para Kym Hougham, director del torneo, el tema del público no es demasiado importante. "Creo que nuestro público es muy respetuoso y siempre lo he sido. Los jugadores siempre nos han dicho eso. Si hay un comportamiento inapropiado, vamos a actuar a la mayor brevedad. Estoy seguro de que si Tiger no creyera que podría manejarlo manejarlo no vendría aquí."
Tiger ha jugado cuatro veces este torneo y consiguió la victoria en 2007. Se da la circunstancia que desde la organización del torneo se han visto muy gratamente sorprendidos al saber con tanta antelación que Tiger jugaría allí. El número uno del mundo lo confirmó este pasado jueves día 15 cuando la fecha límite de inscripción era el 23 de este mismo mes.