Algo debía de haber en el comportamiento de Mickelson pero el mejor zurso de la historia del golf ha sabido rectificar y esta semana no utilizará los palos de la discordia.
Lo que es cierto es que la polémica se ha suscitado con unos palos que al nivel de juego de estos profesionales si que puede afectar pero no al del resto de los aficionados y amateurs al golf.
Quizá por esa razón profesionales como Rory McIlroy, el propio Mickleson y otros muchos no están de acuerdo con esta nueva legislación, argumentando que el retirar o bajar las prestaciones de los palos sólo va en contra de los jugadores y no a favor del espectaculño y de los aficionados al golf que lo que quieren es ver birdies, eagles y golpes espectaculares.
De momento, la polémica sigue y habrá que ver los resultados y las estadísticas de juego en los próximos meses para ver si estas nuevas estrías afectan al juego y a los resultados de los jugadores.