Con un acto lleno de simbolismo y justicia histórica, Larry Nelson ha sido designado como embajador oficial del equipo estadounidense de la Ryder Cup, según lo anunciado por Keegan Bradley, su capitán. Esta decisión ha generado gran entusiasmo en el ámbito del golf, ya que busca honrar a una figura legendaria que, a pesar de sus logros, no tuvo la oportunidad de ser nombrado capitán del equipo estadounidense.
Durante una rueda de prensa antes del Procore Championship, Bradley dijo que: “Creo que Larry Nelson es una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Desde el principio tenía esta idea en mente, y cuando lo vi en la Cena de Campeones del PGA Championship, todo encajó”.
A sus 77 años, Nelson es un destacado integrante del Salón de la Fama del Golf Mundial. Ha triunfado en 10 torneos del PGA Tour, entre los que se incluyen tres majors, y posee un notable récord de 9-1-3 en sus tres participaciones en la Ryder Cup. A pesar de su impresionante trayectoria, nunca tuvo la oportunidad de ser capitán del equipo estadounidense, lo cual él mismo considera una espina clavada: “Es lo que más me hubiera gustado hacer, pero no era algo imprescindible”, confesó a Golf Channel.
El regreso de Nelson a la Ryder Cup, tras 37 años de ausencia, es lo que representa este nombramiento. No solo tendrá un papel simbólico como embajador, sino que también servirá de inspiración para los jugadores actuales
La relevancia de su presencia fue subrayada por Bradley: “Conocer su servicio al país, su increíble historial en la Ryder Cup y, además, lo extraordinario que es como ser humano, lo convierte en un activo invaluable para nosotros”.
Durante una cena en Atlanta, donde vive Nelson, se llevó a cabo la sorpresa que Bradley y sus vicecapitanes le prepararon durante una entrevista en video para la PGA of America. “Fue un poco preparado”, confesó Bradley entre risas. “Todos los vicecapitanes entraron y le dieron la noticia”. Con evidente emoción, Nelson expresó su agradecimiento: “Estaba muy nervioso porque quería que el homenaje fuera como debía ser. Lo acepté con generosidad y fue un día realmente especial”.
El gesto mencionado por Bradley trasciende el ámbito del golf: “Es nuestro deber honrar a personas como él, grandes estadounidenses que han dado tanto. No solo fue uno de los mejores jugadores de Ryder Cup, sino que también sirvió en Vietnam. Es una historia increíble”.