El Club de Golf de Montecastillo volvió a ser el epicentro de la emoción, la técnica y el compañerismo en una nueva jornada de la Somebay World Cup, consolidándose como uno de los escenarios más emblemáticos del golf español. En pleno mes de agosto, con temperaturas que rozan los 35 grados, el calor no fue obstáculo para que 42 jugadores se enfrentaran a un recorrido tan divertido como exigente, donde cada golpe cuenta y cada error se paga caro.

Montecastillo no es solo un campo de golf: es una experiencia. Diseñado por Jack Nicklaus, su trazado combina la belleza natural de la campiña jerezana con un diseño técnico que pone a prueba tanto la precisión como la estrategia de los jugadores. Sus calles onduladas, greenes rápidos y obstáculos bien posicionados convierten cada hoyo en un reto. Pero también en un disfrute. Porque jugar en Montecastillo es sentir que el golf puede ser tan competitivo como placentero.

El clima de agosto, aunque intenso, añade un componente épico a la jornada. Bajo un sol implacable, los jugadores demostraron no solo su destreza, sino también su resistencia física y mental. La brisa ocasional fue recibida como un regalo, y la hidratación constante se convirtió en parte de la estrategia. A pesar de las condiciones, el ambiente fue inmejorable: risas, abrazos, y esa camaradería que solo el golf sabe cultivar.
Este torneo forma parte de uno de los circuitos más consolidados del panorama nacional, y no es casualidad que Montecastillo sea una de sus sedes más esperadas. La organización impecable, los premios cuidadosamente seleccionados y la calidad de los participantes elevan cada edición a un nivel superior. Desde los drives más largos hasta las bolas más cercanas, cada detalle fue celebrado con entusiasmo. Los premios especiales, como el Ron Dos Maderas, las gafas deportivas IZIPIZI o el Magnum de Bodegas MUGA, añadieron un toque de distinción y agradecimiento a los mejores golpes del día.

El torneo celebrado en el campo indicado contó con la participación de 42 jugadores. Se otorgaron diversos premios especiales: Francisco Luna ganó la bola más cerca en el hoyo 2 (Polo BRK) y también el drive más largo en el hoyo 3 (Caja de cerveza MAHOU). Pablo Rodero se llevó la bola más cerca en el hoyo 8 (Botella de Ron 2 Maderas), Jorge Gross Dávila en el hoyo 11 (Gafas deportivas IZIPIZI), y Jorge Granado en el hoyo 14 (Magnum Bodegas MUGA). El drive más largo femenino en el hoyo 18 quedó sin premiada, ya que solo participaron caballeros.
En cuanto a los reconocimientos individuales, Pilar Díaz Etxeandía fue la mejor dama con 38 puntos netos, recibiendo una pulsera JS Swing y un bono de descuento. Luis Miguel Sagardoy, con 37 puntos netos, fue el mejor senior y recibió el premio CUBICAL. El premio scratch fue para Nicolás Catalán, quien logró 35 puntos brutos y recibió una gorra BLACK CLOVER – LIVE LUCKY. Los finalistas por categoría fueron Pablo Rodero Díaz-Etxeandía en primera categoría con 38 puntos netos, y Juan Francisco Medina en segunda categoría con 40 puntos netos.

Nicolás Catalán lideró el torneo en la modalidad scratch individual con 35 puntos brutos y 41 netos. En la categoría femenina por hándicap, Pilar Díaz Etxeandía volvió a destacar con 38 puntos netos, seguida por María de Gracia Gutiérrez Valdenebro con 36. En la categoría senior, Juan Francisco Medina fue el mejor con 40 puntos netos, mientras que Luis Miguel Sagardoy y Francisco Menacho Valle empataron con 37.
Montecastillo, en agosto, es más que un campo de golf. Es un escenario donde el deporte se mezcla con la pasión, donde el calor se convierte en parte del desafío, y donde cada torneo deja huella. Este circuito no solo reúne a los mejores jugadores, sino que también celebra lo mejor del golf: la superación, el respeto y el disfrute compartido. Y en ese sentido, Montecastillo sigue siendo, sin duda, uno de los grandes protagonistas del golf nacional.
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