Cuatro golpes detrás de Scheffler, es como jugar por el segundo puesto", palabras de Haotong Li (-10), compañero de partido estelar del gran dominador del golf en los últimos tres años y amo y señor del Open Championship tras su tercera jornada. Li es el jugador que más greenes en regulación ha cogido en todo el torneo, sin embargo, saldrá a cuatro golpes de Scheffler. "No creo que haya mucho lugar para la sorpresa", dijo Rory McIlroy (-8). "Todo el mundo ha visto la forma en que ha jugado en los últimos dos o tres años. Es tan sólido. No comete errores", sentenciaba el norirlandés, el principal gran animador del sábado, sobre todo tras su comienzo de tres birdies en los primeros cuatro hoyos. Rory cerró con 65 golpes y con solo 14 calles entre los tres días, el más errático desde el tee de todos los que han pasado el corte del torneo. Seis golpes parecen una eternidad, sobre todo si tu referencia es el tejano impasible. McIlroy va a necesitar mejores trucos de magia que el que vivió el sábado en el hoyo 11. El reciente ganador del Grand Slam golpeó su bola en el rough con la sorpresa de que justo debajo había otra enterrada y salió volando casi en vertical ante la sorpresa de todos.
Tyrrell Hatton simplemente se encogió de hombros: "seis golpes es un largo camino", quizás un par de guinnes le ayuden en la víspera a ver las cosas más claras para el domingo. "Tres es el número mágico", desvelaba el inglés acerca del número perfecto de cervezas para después de jugar. "No estás cerca de la resaca, pero sientes que la tienes". Ante la pregunta de si se volverá a tomar tres pintas esta noche: "sería grosero no hacerlo", igual es buena estrategia para recuperar los seis golpes de desventaja.
Me temo que no hay suficiente cerveza para los españoles en Irlanda para poder tener una mínima opción de algo. Jon Rahm y Sergio García están a 12 y 14 golpes, respectivamente, aunque creo que la estrategia de irse de pintas con Hatton no le vendría nada mal a García, que sigue tenso y parece enfadado con el mundo.
Lee Westwood (-5) protagonizó la ronda extraña de la semana, 40 golpes por los primeros nueve hoyos y 29 por los segundos, igualando el récord que estableció aquí hace nueve años Ryan Fox. El inglés está empatado en el puesto 14º, siendo el mejor representante del LIV Golf. Uno de los primeros cambios que debería hacer el nuevo CEO Scott O'Neil de la liga saudita es no hacer jugar a sus chicos la semana antes en Valderrama, creo que hay mejores ideas deocupar tu preparación antes de un British en un campo puro links.
El veredicto tras 54 hoyos y un liderato de cuatro golpes de ventaja es que Scheffler va a ganar el Open Championship. Ya sabemos que el golf es imprevisible y todas esas cosas, pero debo reconocer que 'El Reverendo' ha concentrado toda mi fe poco a poco, en los últimos tres años. Ahora incluso le veo como un jugador carismático.
Es la cuarta vez que el tejano llega líder a la última jornada de un major, las otras tres, Masters de Augusta de 2022 y 2025 y PGA Championship 2025, los ganó sin apenas despeinarse. Con su triunfo en el Open sería el octavo jugador en la historia en ganar cuatro majors antes de los 30 años.
Scheffler dio hoy el golpe de efecto con 67 golpes (-5) en un día sin errores, donde embocó hasta siete putts cruciales de poco más de tres metros. En toda la semana lleva 37 de 39 putts embocados de tres metros y medio al hoyo. Su coach de putt, Phil Kenyon, debe tener el teléfono colapsado. En la impecable ronda del sábado, solo un putt de birdie desde metro y medio que le hizo corbata en el hoyo dos, podría considerarse como fallo. Pero hubo dos momentos cuando sus detractores se frotaban las manos, que 'El Reverendo' hizo gala de su apabullante seguridad; un approach inverosímil en el rough del hoyo 11 donde salvó el par dejando la bola a cuatro metros del hoyo y en el 14, donde salvó con dos putts otra buena recuperación. El drama no está en el diccionario del tejano, tampoco parece que quiera empatizar con la historia de Van de Velde, pero con 18 hoyos por delante, ¿quién sabe? Yo, si fuera del R&A, iría grabando el apellido del susodicho en la jarra, más que nada, por ir adelantando el trabajo.