Han pasado ya trece años desde que el gran Severiano Ballesteros nos dejó en su casa de Pedreña (Cantabria) después de haber pasado por una tremenda enfermedad con la que luchó hasta el último segundo, como había hecho durante toda su vida, desde que era un chavalillo que recorría las playas de de su pueblo con un palo hecho por él mismo y una bola de a sus hermanos, hasta sus batallas con los mejores jugadores del mundo en los torneos más importantes.
Es semana de Masters y Seve cumplía años en Augusta, uno de sus torneos favoritos, con el que había soñado miles de veces y con el que cumplió uno de sus sueños y el de todos los golfistas españoles cuando por primera vez se puso la Chaqueta verde de campeón en 1983 que le colocó otro grande del golf estadounidense Fuzzy Zoeller tras acabar con -13 y cuatro golpes de diferencia sobre el estadounidense Gibby Gilbert y el australiano Jack Newton.
Tres años después, Severiano Balleteros, que también ganó tres Open Británicos, sumaba su segunda Chaqueta Verde ganando al campo en 1983 por ocho golpes y aventajando de nuevo en cuatro impactos a sus más inmediatos perseguidores entonces, los estadounidense Ben Crenshaw y Tom Kite. Aquel año la Chaqueta se la puso Craig Stadler.
Tras esas dos primeras Chaquetas Verdes del golf español, la "Armada" logró cuatro más siempre con el recuerdo de Seve y sus enseñanzas, las dos de José María Olazábal en 1994 -de la que este año se cumplen 30 años- y 1999, la de Sergio García, en 2017 y la última, la de Jon Rahm conseguida el año pasado y que el de Barrika quisó dedicar en su primera oportunidad de lante de un micrófono a su referente, el gran Seve Ballesteros.
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