Dicen que “nunca hay que subestimar el poder de un campeón” y, en esta segunda jornada, dos jugadores daban buenas muestras de su garra y de no rendirse, aunque con objetivos y presiones diferentes. El excapitán del equipo europeo de la Ryder Cup, Thomas Bjorn, era capaz de hacer birdie en sus tres últimos hoyos para ser el último jugador en pasar el corte de -1, y demostrar que, a pesar de tener 52 años, nunca se rinde.
“Este iba a ser mi último torneo con la exención y en los hoyos finales solo pensaba que estos 28 años en el Tour podían llegar a su fin”, explicaba el danés.
“Todavía disfruto. He jugado con dos chicos cuyas edades sumadas son inferiores a mis años, y cuenta una gran historia. Disfruto estar con estos jóvenes, pero todo llega a su fin. Aunque todavía jugaré algunos torneos aquí y allá, no jugaré el calendario completo en el futuro. Son demasiado buenos”.

“He jugado más de 600 torneos en mi carrera en el Tour y he ganado 15 veces, así que es una gran decepción decir adiós. Ha habido muchos momentos a lo largo de los años en los he sido duro conmigo mismo. Hoy me lo tomo con una gran sonrisa y espero con muchas ganas el fin de semana”, remataba Björn.
Otro ejemplo de lucha hasta el final era el de Alfredo García Heredia, jugador que en estos momentos ocupa el puesto 116 de la Race to Dubai, justo el límite de los que tienen tarjeta para 2024. Su situación era muy complicada a falta de nueve hoyos, tras una fatal racha de triple bogey en el 7 y bogey en el 9. Lograba reponerse y sacar adelante tres birdies seguidos en 10-11-12, seguidos de seis pares vitales para superar el corte al límite y darse la opción de sumar más puntos en este penúltimo torneo de la temporada regular.