La 150 edición especial del Open Championship, en St. Andrews, parecía tener reservado un puesto en la historia para Rory McIlroy, claro favorito del público, estandarte del golf tradicional frente al nuevo LIV, y un jugador que lleva ocho años buscando volver a levantar un ‘major’, siendo alguien llamado a levantar muchos si por talento se tratara.
Pero, en ocasiones, no todo lo que parece predestinado ocurre, y este domingo en St. Andrews ha habido un villano que se ha impuesto al héroe, y ese ha sido Cameron Smith (-20), que con una vuelta impoluta de -8 deja a McIlroy con la miel en los labios, con total merecimiento para el australiano.
No se puede decir que el norirlandés no lo haya intentado, pero en esta jornada el putter no le ha acompañado, mientras que Smith las metía de todos y cada uno de los colores.
Rory ha puesto punto y final a su participación en el Open Championship con una tarjeta de 70 golpes, basada en 16 pares y dos solitarios birdies, ambos conseguidos con opción de eagle, lo que deja bien claro que no ha embocado ni un solo putt en el día de hoy, y esa ha sido la clave para no estar levantando la Jarra de Clarete.
Incluso hasta el mismo hoyo 18, McIlroy ha buscado el eagle con un approach que forzaría el playoff, pero tampoco embocaba el putt de vuelta, y ese quizás era demasiado castigo, pues terminaba en tercera posición, a uno de Cameron Young (-19), que sí lograba el eagle en el 18 para finalizar en segundo lugar.
McIlroy deja así escapar una nueva ocasión de sumar su quinto grande y su segundo título de ‘Campeón Golfista del Año’, y la oportunidad de poner la guinda a una historia que tenía el guion perfecto ya escrito en la conocida como ‘Home of Golf’.
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