Ya avisábamos que no había que dar por fulminado a Jon Rahm (-4) en esta 150 edición del Open Championship, porque el jugador de Barrika estaba enrabietado tras un mal primer día, y este viernes ha empezado a ponerle remedio con una gran jornada de 67 golpes.
Es cierto que sigue estando lejos de su mejor versión, especialmente en los greenes y alrededores, pero ya ha mostrado una gran recuperación para no perder de vista a la cabeza del torneo y seguir metido en la lucha por ganar un torneo con el que sueña desde hace años. Y, todo ello, con una actitud de lucha y sin desesperarse en ningún momento.
Arrancaba de manera inmejorable con tres birdies en los primeros cinco hoyos, metiendo alguno de los putts que en el primer día no tuvieron ni opción de entrar, por lo que el vasco se iba animando y soñando con una vuelta que le hiciera recuperar todo el terreno perdido.
Por desgracia, volvieron a aparecer los putts que no llegan, los hoyos favorables desaprovechados, y un único birdie más que le permitía terminar los nueve primeros en -4 en el día.
La segunda vuelta iba a tener falta de chispa también, no lograba embocar los putts de birdie cortos ni tampoco los largos, hasta que el final de vuelta iba a sorprender con dos putts sensacionales, uno para par en el 16, y otro para birdie en el 18, con el que sacaba el puño al aire, lo que le permitía terminar con 67 golpes y -4 al total, algo que le mantiene a una distancia prudencial del liderato, siempre y cuando no se dispare ninguno en lo que queda de turno de tarde.
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